Pemex: reestructura tardía

By  León Opalín - El Financiero (México) Mar 29, 2016

Con la aprobación de la Reforma Energética en México en diciembre de el 2013, se derrumbo el mito del nacionalismo y la no privatización “de la soberanía” del país; se abrió un importante horizonte para la modernización del sector petrolero mediante la posibilidad de alianzas público-privadas que aportarían recursos y tecnología para extraer y producir competitivamente hidrocarburos, manteniendo el control de el Estado del subsuelo; la Reforma también contempló que inversionistas particulares manejaran transporte y la distribución de los mismos.

 

El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, estimó que las primeras asociaciones de la empresa revertirían nueve años consecutivos de retroceso de la producción de crudo; sin embargo, esta visión no se materializó por la estrepitosa caída de los precios internacionales del petróleo que incidió en que diferentes proyectos de inversión se hicieran inviables, y que no obstante que siguen vigentes los esquemas de asociaciones, ahora Pemex considera vender parte de sus activos para capitalizarse y amortiguar las significativas pérdidas que ha registrado y disminuir su enorme deuda
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Al cierre del 2015 Pemex registró una pérdida neta de 521 mil 606 millones de pesos, casi el doble de el monto del 2014 y su deuda total sumó mas de 100,000 millones de dólares.

Entre las principales razones del aumento de las pérdidas de Pemex son que su costo de ventas se elevó casi 20.0% el año pasado respecto al de 2014 (hasta un billón 31 mil millones de pesos), así como el decremento de 21.0% de sus ventas totales (a 746 mil 236 millones de pesos), además de que la pérdida cambiaria se duplicó en el 2015 (el monto sumó 154,370 millones de pesos).

La reducción del ingreso de divisas por concepto de la exportación de petróleo no solo afectó negativamente a Pemex, también incidió en las finanzas públicas, de aquí que el gasto público experimentara recortes, 135,000 millones de pesos este año, de este total 100,000 corresponden a Pemex lo que derivará en una abaja adicional de producción de alrededor de 100 mil barriles diarios en promedio este año. Pemex ha experimentado un declive importante en la producción y exportación de petróleo; de un nivel histórico de producción media de 3.3 millones de barriles diarios en el 2004, bajó a 2.2 millones en el 2015, el menor desde 1980; asimismo, la exportación pasó de 1.87 millones de barriles a 1.17 en ese periodo. El principal decremento de la producción petrolera fue en el campo de Cantarell de un nivel de 2.1 millones de barriles diarios en sus años de mayor productividad a 198 mil barriles el año pasado.

Por otra parte, México ha enfrentado una creciente competencia en los mercados petroleros, especialmente en el de EUA, en el que ha perdido terreno frente a Canadá, país en el que los productores han incrementado la capacidad en sus instalaciones y en la infraestructura que los conecta con EUA. Así, de el total del petróleo importado por EUA en el 2010, el 22.0% provino de Canadá, porcentaje que subió a 32.0% en febrero del 2016; en cambio, la aportación de México pasó de 10.0% a 4.0% en ese lapso. Igualmente, productores de EUA remodelaron sus refinerías para poder procesar el crudo ligero de su propia producción de Shale, en detrimento de la demanda del crudo pesado de México con mayor contenido de azufre y más contaminante que el ligero. Por lo demás, EUA incrementó su producción interna de petróleo y redujo la importación del mismo, sus compras externas de petróleo sumaron 10.9 millones de barriles diarios en el 2011, bajaron a 9.82 barriles en febrero de este año.

La crisis petrolera global evidenció que el deterioro de Pemex ha sido mayor a lo que habían previsto los especialistas en el tema, ello en virtud de una creciente ineficiencia en la producción, la operación y el manejo de sus finanzas, acompañada de la rapiña de funcionarios de la empresa en diferentes niveles y la de su sindicato. La ineptitud y derroche de recursos en Pemex continuará siendo pagada por los contribuyentes de México.

En este contexto, también la producción de petrolíferos ha mostrado tendencia a la baja debido al rezago en la configuración de las refinerías, que se prevé se acentuará con el recorte de los recursos presupuestales; una parte de la demanda de petrolíferos se cubre con productos de bajo valor comercial y alto grado de contaminación y con importaciones, mismas que el año pasado significaron casi el 80.0% del total.

Pemex tiene un futuro incierto, los retos por vencer son complejos y se enfrentan a un escenario en el que persistirán bajas cotizaciones del crudo en el mediano plazo; se estima que en la próxima década oscilarán alrededor de 50 dólares por barril.

Las principales petroleras del mundo ante un entorno mundial adverso han realizado importantes recortes de personal y en sus inversiones.

Pemex, con una carga fiscal y de pago del servicio de pasivos muy grande, una plantilla laboral redundante entre sus 150,000 trabajadores, un alto costo de las pensiones de sus casi 100 mil jubilados, con un capital contable negativo, con problemas estructurales en la extracción y producción por falta de recursos por invertir, tiene que hacer un gran esfuerzo para sobrevivir. Lo deseable es que Pemex se convierta en una verdadera empresa productiva, no solo de membrete, y sea un jugador eficiente y rentable en el mercado nacional e internacional. La actual administración debe superar la percepción generalizada en el país de que no ha hecho lo suficiente para mejorar la frágil situación de Pemex.

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