Cristóbal López divide su emporio a tres meses del cambio de gobierno

By  Pablo Fernández Blanco - La Nación (Argentina) Mar 12, 2016

La versión oficial dice que el empresario kirchnerista Cristóbal López explotó de furia el 29 de febrero pasado. Eso cuentan dos fuentes de trato cotidiano con el hombre de negocios. Y agregan, que mientras paseaba por Nueva York con su novia, la modelo Ingrid Grudke, se enteró por las páginas web de diarios argentinos que el canal de cable CN23, su reciente adquisición, había echado a unas 120 personas y que la decisión no la había tomado él, sino el equipo que maneja su socio Fabián De Sousa.

Argumentan sus allegados que eso le sirvió a López para concretar una idea que comenzó a madurar a principios de año: separarse de De Sousa, su mano derecha desde finales de los años 90. Fue el comienzo del fin del grupo Indalo tal como se lo conoce hoy, un imperio que creció exponencialmente durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner; sus negocios van desde el petróleo y los medios de comunicación hasta los alimentos y la venta de vehículos. No admiten las fuentes que una causa de la decisión sean los graves problemas impositivos del grupo. La división se concretará en 30 días.

El empresario también estudiaría, dicen, desprenderse de Casino Club, la compañía que maneja el negocio del juego en la Argentina. Es una sociedad que lidera López y en la que hay otros socios, pero de la que no participa De Sousa. En todos los casos, el magnate kirchnerista buscaría lo mismo: que su nombre desaparezca de las tapas de los diarios y revistas, de los canales de TV y de las radios.

Según entiende, el juego, el petrólero y los medios son los que le aportan esa visibilidad de la que reniega. López le achacó a De Sousa que los cambios en CN23 tendrían que haberse hecho de otra forma, mientras que De Sousa se molestó con cuestionamientos nimios, pero frecuentes, a algunas de sus decisiones. Pese a eso, De Sousa afirmó a LA NACION: "No estamos peleados y mantenemos el diálogo. ¿Por qué no vamos a hablar?"

Ambos terminaron de definir la separación el martes pasado, cuando firmaron un memorando de entendimiento para dividirse los bienes en partes proporcionales. Desde el lunes, cada uno comenzará a gestionar las áreas específicas, y en no más de 30 días separarán del todo los negocios.

López retendrá la constructora CPC, el negocio de inmobiliario, especialmente fuerte en la Patagonia, la fabricación de alimentos, la actividad financiera (es dueño del banco Finansur y la aseguradora Generalli), Paraná Metal y Alcalis de la Patagonia. Mientras que De Sousa se quedará con todos los medios de comunicación (los principales son C5N, CN23, Ambito Financiero, Radio 10 y Mega, entre otros), la petrolera Oil (tiene una refinería en Santa Fe y una red de más de 350 estaciones de servicio) y la compañía de servicios petroleros Oil M&S, la semilla a partir de la cual germinó el imperio económico de López y De Sousa. Como resultado de esa división, por ejemplo, López dejará de ser socio de Marcelo Tinelli en Ideas del Sur, que quedará para De Sousa.

López y su familia tienen el 70% del Grupo Indalo. De Sousa, el restante 30%. Aunque estiman que la valuación total ronda los 400 millones de dólares, ninguno le quiso poner un número definitivo a su parte porque consideran que la devaluación y ciertas condiciones de la economía argentina le quitaron valor en el último tiempo. Por eso elaboraron un método particular de valuación que tomará en cuenta activos, pasivos y el Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, amortización y depreciaciones) de las compañías. Esa fórmula se revisará en los resultados de este año y de 2017. Inversora M&S, la sociedad controlante del grupo, quedará en manos de López, quien a cambio le cederá a su hasta ahora socio el control de las empresas acordadas.

Pese a su amplitud, los negocios de López y De Sousa cargan con una pesada deuda impositiva, que influyó al momento de definir la distribución de las empresas.

Con respecto del futuro, De Sousa se muestra confiado. Y plantea una equidistancia política: "Si me preguntan, quiero un país en el que los 40 millones de argentinos estén incluidos y las empresas tengan una rentabilidad razonable", explicó

Aunque siempre se mostró a favor del kirchnerismo, De Sousa cuestionó decisiones del equipo económico anterior que dejaron a algunas de sus empresas en una situación crítica, en especial a las alimenticias. Junto con Lázaro Báez, López estuvo en el lote de los empresarios más vinculados con el kirchnerismo. La comparación con el dueño de Austral Construcciones siempre le molestó. A cada uno que pudo, le aclaró que su compañía ya era grande cuando Néstor Kirchner llegó a la Presidencia, una credencial que no puede mostrar Báez.

López nunca negó la cercanía con los Kirchner y su entorno. Por caso, es muy cercano a Carlos Zannini, el ex secretario Legal y Técnico de la Presidencia en los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner, a tal punto que podría llamarlo por teléfono sin intermediarios. Cuando se le enrostró a López su cercanía al cerebro jurídico del ex matrimonio presidencial, respondió con fastidio. "¡Cómo no lo voy a conocer si somos cuatro en la Patagonia y nos conocemos todos! Además, debo ser el mayor empleador en la provincia de Santa Cruz", respondió. Su influencia en Comodoro Rivadavia, en Chubut, es aún mayor.

López reconoce que un día de 1998 Néstor Kirchner salvó a una de sus empresas. A fines de esa década, cuando el precio del barril de crudo valía menos de US$ 10, su empresa, Almería Austral, estaba a punto de quebrar. El empresario tenía una relación cercana con Julio De Vido, que era ministro de Economía y Obras Públicas del gobernador Kirchner. El ex ministro de Planificación logró que Kirchner lo llamara y aprobara una gestión de De Vido con Oscar Vicente, el hombre fuerte de la petrolera Perez Companc.

Kirchner envió a José López (luego fue secretario de Obras Públicas durante el kirchnerismo) a Buenos Aires para convencer a Vicente, quien recibió una mañana a López y a De Sousa en el piso 22 del edificio de Maipú 1, la sede histórica de la petrolera Pérez Companc. Llegaron por la mañana y se fueron por la tarde con un contrato clave a Almería Austral.

Ya con De Sousa subido al barco, la empresa se recuperó y se vendió tiempo después. Esos primeros millones le sirvieron a los socios para crear Oil M&S.

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