La petrolera Canacol Energy anunció que el pozo de exploración Clarinete 1, ubicado en el departamento de Sucre, finalmente probó una tasa bruta final de 24,7 millones de pies cúbicos de gas seco por día (equivalentes a 4.333 barriles de crudo sin agua) en la parte superior de la formación Ciénaga de Oro (CDO), en la segunda de dos pruebas de producción planeadas.
Según la compañía, la capacidad de entrega total combinada del pozo es de aproximadamente 45,3 millones de pies cúbicos diarios.
La petrolera planea extender una línea de flujo para unir el pozo Clarinete 1 a su infraestructura de procesamiento de gas en la estación Jobo. Además está negociando un nuevo contrato con un comprador colombiano.
Si bien a finales de año –con base en reportes de una firma de evaluación– Canacol Energy estimó recursos prospectivos de 540.000 millones de pies cúbicos de gas, la firma contrató a sus auditores de reservas para preparar un reporte para este descubrimiento, una vez se termine el programa de pruebas.
‘Revisarían’ a Pacific
De otro lado, la calificadora de riesgos Fitch Ratings dijo que de mantenerse el precio del barril por el orden de los 50 dólares, es probable que tome “acciones negativas” contra la nota de Pacific Rubiales, que actualmente es de BB+ con perspectiva estable.
Los principales riesgos de la petrolera, de darse este escenario de precios, están asociados con un deterioro en la vida de las reservas y un incremento del apalancamiento financiero. Además, Fitch advierte que la nota también sufrirá si la firma toma de nuevo su programa de recompra de dividendos o de patrimonio en esta coyuntura.
“Pacific Rubiales generó 2.700 millones de dólares de Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), 2.100 millones de flujo de caja en lo corrido de los últimos doce meses (cifras a septiembre del 2014) (...) Con un barril a 65, 55 y 45 dólares, la compañía generaría 1.500 millones, 1.000 millones y 500 millones de dólares, respectivamente”, calculó el informe de Fitch Ratings.
Dice además que un periodo extendido de bajos precios del petróleo podría presionar la liquidez de la empresa y forzarla a disminuir sus inversiones de capital, con el fin de preservar el flujo de caja. El efecto de esto “comprometería su viabilidad a largo plazo, dada la relativamente corta vida de sus reservas”. Por las reservas probadas y el ritmo de producción, la vida de los recursos de la petrolera es de ocho años.