El presidente de la petrolera Shell, Juan José Aranguren, se retirará de la compañía el 30 de junio próximo, anunció la empresa a través de un comunicado en el cual no precisó los motivos.

Aranguren, quien mantuvo numerosas polémicas con el matrimonio Kirchner y varios funcionarios en la última década, dejará su puesto en la compañía luego de 37 años de trayectoria, de los cuales en los últimos doce ocupó la presidencia.

A partir del primero de julio próximo su cargo será ocupado por Teófilo Lacroze, quien trabaja en Shell desde 1996.

En el mercado se especula con que Aranguren podría sumarse a la actividad política y convertirse en referente en materia energética de algún dirigente de la oposición.

En el plano de Shell, Lacroze se desempeñará también como vicepresidente de Desarrollo de Negocios de Upstream para Argentina.

El sucesor de Aranguren ingresó a la compañía en 1996 y desarrolló su carrera en la compañía ocupando diversos cargos en las áreas y desde el 2011, representa los intereses del Grupo Shell como vicepresidente Ejecutivo del área Comercial de Raízen, un Joint Venture entre Shell y el Grupo Cosan de Brasil.

Aranguren, quien fue uno de los críticos más acérrimos de la administración kirchnerista, cuestionó permanente y duramente el modelo económico, cuestionó la estrategia ante la inflación, reclamó inversiones para el sector energético y recientemente pronosticó un 2015 sin crecimiento en ventas de combustibles.

Desde hace tiempo su nombre es asociado con la campaña política del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri.

Recientemente, al admitir su probable paso a la política, Aranguren había sostenido que "he tratado de colaborar en el desarrollo energético, y lo puedo seguir haciendo desde otro lado", al responder a la posibilidad de un posible paso al campo político.

Fue desde su máximo cargo en Shell un continuo crítico de la política energética y sostuvo que el país tiene un déficit del 12% en abastecimiento energético y que harán falta entre siete y diez años y entre 25 y 35 mil millones de dólares para desarrollar los recursos que por ejemplo hay en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta.

Los enfrentamientos de Aranguren con la administración kirchnerista se arrastran desde la presidencia de Néstor Kirchner, cuando el gobierno llamó a un boicot de consumo contra la petrolera.