El grupo Repsol trabaja ya en el nuevo plan estratégico que presentará en septiembre próximo una vez se produzca la integración definitiva de la canadiense Talisman Energy. La compra de la petrolera y los nuevos precios que ha adquirido el crudo obligan a hacer un nuevo replanteamiento de la empresa. La compañía barajaba variar incluso su política comercial si la nueva Ley de Hidrocarburos les obligaba a reducir su cuota de mercado hasta el 25%. De haber sido así, habría tenido que recortar drásticamente el número de gasolineras.
Sobre estos parámetros va a versar el futuro programa de inversiones de la multinacional y la estrategia que regirá en los próximos cuatro años. La situación internacional del mercado del petróleo ha cambiado rotundamente en los últimos meses, lo que está obligando a la petrolera redirigir el tiro y ser más prudente en sus planteamientos. Además, la operación de Talisman Energy ha llevado a la compañía española a hacer un desembolso de 10.400 millones de euros, con lo que su situación financiera y su nivel de reservas de crudo son totalmente diferentes.
Con la incorporación de Talisman Energy, la capacidad del negocio de upstream (exploración y producción) cambia radicalmente, con una cifra de reservas mucho mayor pero con unos precios del barril también a la baja. Por eso, el valor de los activos petrolíferos se ha modificado a la baja y el balance no es igual. El actual plan estratégico en el que se basa ahora la empresa es sobre un precio del barril alrededor de los 100 dólares cuando los precios que se mueven están en los 60 dólares.
El actual equipo directivo trabaja para los próximos ejercicios en una horquilla de entre los 80 y los 90 dólares el barril, pero consideran que es complicado barajar una cifra, ya que hay quienes pronostican que puede estar en la banda de los 70 dólares. Por ejemplo, en el plan estratégico que Endesa acaba de enviar a la CNMV prevé una media para 2015 de 60 dólares el barril, 69 dólares para 2016 y 75 dólares para 2017. Además, la cotización del euro/dólar no es tampoco la misma y cualquier cábala es complicada. Otro de los puntos por decidir es qué proyectos pueden ser claves para la petrolera y qué proyectos pueden esperar. En Brasil, por ejemplo, les va muy bien pero hay otros países como Colombia o Venezuela donde es muy complicado poder aventurar.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, se hizo eco de esta situación en la presentación del acuerdo de la compra de Talisman Energy, admitiendo que los bajos precios del barril estaban impactando en compañías con fuerte estrés financiero y en compañías débiles, y por ellos estaban siendo fuertemente castigadas. Tal circunstancia no es trasladable a Repsol, según Brufau, porque la mayor parte de sus reservas no están localizadas en zonas donde su extracción es muy costosa. “Si tomamos un valor de 60 dólares, todos nuestros pozos son operativamente rentables”, señaló. En cambio, las líneas rojas pueden encenderse por debajo de esa cifra. Todo lo que el precio baje de ese nivel, hay yacimientos donde su rentabilidad baja sensiblemenet.
Reducir inversiones un 35%
Precisamente, el consejero delegado, Josu Jon Imaz, admitió en febrero pasado ante los analistas que la petrolera reducirá sus inversiones en exploración en un 35% este año por los bajos precios del crudo. La inversión prevista en el área del upstream en 2015 se cifra en unos 2.400 millones de euros, lo que supone un 28,9% menos que en 2014.
Tras la integración de ambas compañías, la división del upstream “se centrará en eficiencia y creación de valor, ya que no hay nueva necesidad de crecimiento”, señaló Imaz en el encuentro con analistas. Y es que la incorporación de Talisman incrementará la producción del grupo un 76%, hasta los 680.000 barriles equivalentes de petróleo al día y amentará el volumen de reservas un 55%, hasta alcanzar los 2.353 millones de barriles equivalentes de petróleo.
En el negocio del downstream, Repsol tiene muy definidas sus pautas. Gracias a esta actividad, la compañía salvó los resultados de 2014 y este año será clave por el precio del barril. La petrolera hizo en su momento unas importantes inversiones en las refinerías de Cartagena y Bilbao que están permitiendo registrar unos márgenes de refino a nivel internacional muy elevados. Con el refino se produce el efecto contrario que con las reservas de crudo. Al bajar el coste del producto en un mercado internacional deprimido como el refino -en los últimos años se han cerrados varias refinerías-, esto permite registrar a Repsol unos márgenes altos. La petrolera exporta aproximadamente el 32% de los productos refinados en sus instalaciones.
La compañía cuenta con una ventaja respecto a otras compañías refinadoras. ¿Razones? Es de las pocas multinacionales que tiene sus refinerías adaptadas para tratar crudo muy pesado, como el petróleo mexicano, una actividad que no pueden hacer otras compañías. Precisamente, México, pese a ser uno de los principales países productores de crudo del mundo, tiene que refinar casi todo su petróleo en Estados Unidos y comprarles luego la gasolina.
El dilema de las gasolineras
La actividad del marketing se ha convertido, en cambio, en los últimos tiempos en el negocio que más quebraderos de cabeza le está dando a Repsol. La decisión del ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, de instalar más competencia en el mercado y la persecución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tienen a sus directivos bastante contrariados. De haber tenido que reducir las cuotas hasta un 25% como intentaba la CNMC, se habrían visto obligados a vender gasolineras y revisar el negocio de marketing. De hecho, es uno de los puntos importantes que se están analizando en el futuro plan estratégico. Repsol tiene actualmente 3.585 gasolineras en España, de las que 1.064 son abanderadas. Sus directivos consideran que los márgenes no son muy elevados y el mercado les obliga a mantener una política comercial muy agresiva. Por esa razón, de haber tenido que recortar más su cuota actual del 30%, la empresa se planteaba cambiar su estrategia.
Por otro lado, el organismo regulador ha sancionado con 8,75 millones de euros por fijar pecios a los empresarios independientes que operan bajo bandera de Repsol a través de distintas prácticas contractuales y usos comerciales, restringiendo con ello la competencia entre las gasolineras de su red y el resto de estaciones de servicio.
La empresa ha anunciado que recurrirá la multa ante la Audiencia Nacional por considerar que “existe animadversión hacia las empresas y desprecio a la legalidad” por parte de la CNMC. El organismo regulador sancionó también recientemente a Repsol, Cepsa, Disa, Galp y Meroil con 32,4 millones de euros por coordinar precios, intercambiar información y sellar pactos de no agresión. En este caso, la multa a Repsol ascendió a 20 millones de euros y a Cepsa a diez millones.
La compañía está preparando un recurso que enviará a la Audiencia Nacional por considerar que en ningún caso hubo cruces de información estratégica sobre los precios. Denuncia además que la sanción se haga extensiva a Repsol S.A. en vez de a Repsol Comercialización para que la multa sea más alta. En ese caso, sería de cinco millones de euro y al ampliarla a la sociedad matriz se eleva a 20 millones de euros.