A 20 días de la publicación de las bases licitatorias para desarrollo de campos en aguas someras, siete empresas ya han manifestado interés por adjudicarse un contrato de desarrollo de hidrocarburos en el proceso de Ronda Uno, que ahora tiene competencia, tras el anuncio de las licitaciones que se llevarán a cabo en las mismas fechas de este año en aguas profundas estadounidenses.
Según la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), las firmas que han hecho preguntas acerca de alguno de los cinco contratos para los nueve campos son: Shell, BP, Casa Exploration, Lukoil, Sierra Oil and Gas y Sánchez Oil and Gas Corporation.
La segunda fase tiene reservas estimadas que ascienden a 671 millones de barriles, que equivale a 1.5% de las reservas totales del país; en el área de 280 kilómetros cuadrados, Petróleos Mexicanos (Pemex) ya ha perforado 17 pozos y ha realizado pruebas de producción en 10 de ellos.
Para contender por uno de los contratos, las empresas deberán demostrar capacidad técnica -producción superior a 10,000 barriles diarios en campos similares en los últimos cuatro años-, financiera -con activos totales por al menos US$10.000 millones y capital contable por US$1.000 millones-, de crédito grado de inversión certificada y quedarán precalificadas para hacer alianzas entre ellas, siempre y cuando no se asocien las gigantes que producen más de 1.6 millones de barriles diarios en otros proyectos.
El criterio de adjudicación será otorgar el contrato a la empresa que ofrezca el menor valor ponderado que se calculará mediante una fórmula en que se sumarán la oferta que realice el licitante por la participación del Estado, más el factor de inversión adicional por el resto de la participación del contrato. Las participaciones finales de cada contrato serán publicadas por Hacienda en la última versión del contrato el 15 de agosto.
Competencia en el Golfo
Cabe recordar que mientras en México concluirá esta licitación para aguas someras el 30 de septiembre, Estados Unidos lanzó una ronda de licitaciones por 4,026 bloques de crudo en aguas profundas del Golfo de México, que termina el 15 de agosto.
De acuerdo con el Buró de Administración de Energía Oceánica del vecino del norte (BOEM, por su sigla en inglés), los bloques a concursar abarcan una superficie de 21 millones 800,000 acres (88,000 kilómetros cuadrados) y están localizados a una distancia entre 9 y 250 millas dentro del mar, con profundidades de 3,346 metros.
Los recursos que se pueden extraer de estos campos podrían dar una producción de 116 millones de barriles de petróleo, mientras que en México, por la variedad de campos que se licitará, el gobierno ha calculado 3,728 millones de barriles. El atractivo de los campos estadounidenses consiste en que los operadores son dueños del recurso y no reportan su actividad más allá del pago de impuestos. En México puede ser atractivo porque no hay restricciones a la exportación del crudo, como en el vecino del norte, y por la historia de productividad de las cuencas cuyos procesos han arrancado hasta ahora.