Repsol prepara un giro en su estructura directiva. La petrolera cerrará en la próxima Junta del 30 de abril el traspaso de poderes iniciado hace un año del presidente, Antonio Brufau, al consejero delegado, Josu Jon Imaz, de tal forma que la dirección financiera comenzará a depender del primer ejecutivo.
Brufau, por su parte, seguirá manteniendo bajo su control la presidencia del consejo, la secretaría del consejo -dependiente de Luis Suárez de Lezo- y el área de gabinete de presidente que evidentemente le seguirá reportando tanto al presidente como al consejero delegado, al tener unida comunicación, así como la Fundación.
Imaz está preparando además una reorganización a su medida de la compañía con la intención de dar cabida a los nuevos negocios que aportará la integración de Talisman Energy, que marcha a toda velocidad y tendrá que sustituir en sus funciones el puesto abandonado por Nemesio Fernández Cuesta. Con este escenario, todo apunta a que uno de los ejecutivos más reforzados será Luis Cabra, el actual director de Exploración y Producción, que incrementará su peso al incorporar en su área todo el negocio de exploración de la canadiense.
Repsol someterá también al visto bueno de su junta un cambio en sus estatutos que implica la retirada del blindaje estatutario aprobado hace un año en el que se elevaba al 75 por ciento el apoyo necesario para una eventual escisión de sus actividades, una medida utilizada para frenar el desembarco de Pemex. La petrolera pide además permiso a la Junta para revocar la reducción de capital que aprobó el año pasado y que decidió aplazar en el consejo del pasado marzo.
La intención de la petrolera es que si los accionistas votan en contra realizará la reducción de capital en un plazo de cuatro meses.
Nuevo plan estratégico
El consejero delegado además tendrá que presentar un nuevo plan estratégico, previsiblemente después del verano, en el que aporte los nuevos objetivos de negocio tras la integración de la canadiense.
Con este cambio, la compañía se sitúa a la vanguardia del Gobierno corporativo y siguiendo el modelo anglosajón de separación entre presidente y consejero delegado que exigen habitualmente las agencias de proxy advisor que utilizan los principales fondos por recomendaciones de voto.
Brufau permanecerá cuatro años como presidente de la compañía con un contrato y ya sin recibir aportaciones a su plan de pensiones en la compañía.