La necesidad de Petróleos de Venezuela de elevar su producción de crudo, fundamentalmente desde la Faja Petrolífera del Orinoco, ha llevado a considerar algunos planes y estrategias para aumentar la capacidad de carga de los mejoradores de crudo al norte de Anzoátegui.

Actualmente los mejoradores de Petromonagas, Petrocedeño, Petropiar y Petroanzoátegui tienen una capacidad combinada de unos 650 mil barriles diarios, insuficiente para las cada vez mayores cantidades de crudos pesados y extrapesados extraídos en la Faja.

Ante esta circunstancia la estatal petrolera está afinando acometer una ampliación de entre 10 mil y 20 mil barriles diarios de capacidad de procesamiento de crudo en los mejoradores de Petrocedeño, Petropiar y Petromonagas, "como una forma de eliminar el embotellamiento de la producción, y en ello se está trabajando", indica una fuente del sector privado petrolero que prefirió el anonimato.

Esta decisión coincide con el plan de Pdvsa de construir unos separadores de nafta, que le permitirán recuperar la nafta añadida a los barriles mezclados, para poder reutilizarla en reinyección o en nuevas mezclas.

Precisamente la semana pasada la filial Pdvsa Ingeniería y Construcción anunció la firma de un contrato con la empresa india Essar Projects, para que realice la ingeniería básica de la Planta Despojadora de Nafta en el Complejo Industrial José Antonio Anzoátegui (Cijaa), que se espera tenga una capacidad de 270 mil barriles diarios.

Se espera que Essar desarrolle su labor en 4 meses y medio, y que para septiembre de 2015 esté operando la planta

En el sector privado se entiende que es el despojador "es una forma de acometer el incremento de producción. No es un mejoramiento químico sino una forma de elevar la gravedad del crudo", señala la misma fuente, que subraya lo imperativo de que los grandes proyectos como los nuevos mejoradores de la Faja "puedan viabilizarse".

Panorama financiero

Uno de los elementos que ha afectado el avance de los proyectos es la situación cambiaria, con un bolívar sobrevaluado que resta atractivo a la inversión extranjera, y una inflación que eleva los costos en moneda local de forma sostenida. Esto ha dejado consecuencias tanto en el sector petrolero como el gasífero.

Con la vigencia del nuevo régimen cambiario donde operan la tasa preferencial de 6,30 y las paridades del Sicad y Sicad 2, una ventana podría abrirse para el sector privado que desarrolla proyectos de gas como Rafael Urdaneta o las licencias de gas en tierra, pues en el sector privado se está negociando con el Ejecutivo nacional que "haya una solución cambiaria a través del Sicad 2" pues "toda la industria está enfrentando una circunstancia difícil", ante tipo de cambio fijo pero con alta inflación.

La intención sería poder concretar un esquema similar al del Convenio Cambiario nº 28, que permite vender a la tasa del Sicad 2 las divisas traídas al país por inversión petrolera, lo que ventila de forma importante las finanzas de las empresas.