A la par de los movimientos en torno a megayacimientos como Vaca Muerta, y la renovada irrupción de gigantes del sector como Chevron, Total, Shell o la china Sinopec, una nueva tendencia se pliega a este "revival" del negocio de los hidrocarburos.
En ese sentido, una creciente oleada de movimientos protagonizados por empresarios del ámbito local gana presencia en el pelotón de las compañías que siguen de cerca a las petroleras que operan a gran escala.

Esto sucede luego de que, tras la salida de la convertibilidad y la consiguiente pesificación de las tarifas de luz y electricidad, varios hombres de negocios aprovecharan el contexto para ingresar al sector energético.

A lo largo de la década pasada, Marcelo Mindlin, titular del grupo Dolphin, compró la participación de Electricité de France en Edenor.

Asimismo, Sadesa, el holding liderado por Carlos Miguens, Eduardo Escasany, Guillermo Reca y la familia Caputo, entre otros, se quedó con la participación de Total en el segmento eléctrico.

Hoy controla cuatro usinas y es uno de los grandes players del país. En paralelo, Hugo Sigman, del poderoso grupo Chemo, adquirió un porcentaje minoritario de Gas Natural BAN (hoy Gas Natural Fenosa), la segunda distribuidora de la Argentina.

Como bien detallan publicaciones especializadas, como Inversor Energético, "fueron operaciones que se concretaron entre 2004 y 2008 y, en su gran mayoría, sirvieron para colocar a empresarios locales en el management de prestadoras de servicios públicos".

Ahora, con los problemas cambiarios y la incertidumbre que dominan la economía, los empresarios locales volvieron al ruedo.

La novedad, en la actualidad, radica en el cambio del target de los jugadores nacionales, que apuntan a un eslabón anterior en la cadena de valor de la energía.

Así, según pudo constatar iProfesional, si antes desembarcaron en el segmento de distribución y comercialización de gas y electricidad, hoy apuestan por tener presencia en el "upstream" de hidrocarburos, es decir, en la exploración y producción.

Los altos precios internacionales del crudo, que coinciden con una política de apertura e incentivos a la explotación de petróleo y gas en el mercado interno, explican en gran medida el fenómeno.

Los que emergen
En cuanto a los nombres que han "picado en punta" en el negocio petrolero hay que mencionar a Cristóbal López, el representante más notorio del llamado "empresariado K".

López adquirió, en mayo de 2010, 360 puntos de venta y la refinería que Petrobras controlaba en Santa Fe. Con esa estructura en sus manos, dio origen a Oil Combustibles.

Para efectuar la compra, desembolsó 110 millones de dólares, de los cuales 36 millones correspondieron a las estaciones y los 74 millones restantes a la planta de refinado.

Seguido a este movimiento, destinó u$s80 millones para explorar petróleo en Santa Cruz.

Los bloques involucrados son Lago Cardiel, Guanaco Muerto, Mata Amarilla, Laguna Grande y Piedrabuena.

La petrolera de Cristóbal López se adjudicó la licitación de los campos en 2006 con una oferta total de u$s20 millones. Dicha adjudicación de esos pozos data de 2006, cuando la administración provincial concesionó 15 zonas, de las cuales 14 se las repartieron entre el dueño de Oil M&S y Lázaro Báez, otro hombre de negocios estrechamente vinculado con el mundo K.

Los voceros de López vincularon además ese proyecto con la compra de los activos a Petrobras ya que el objetivo de este empresario siempre fue participar de las tres patas del esquema: exploración y producción, refinación y comercialización. Todo a través de Oil M&S.

De hecho, fuentes vinculadas a la refinería de San Lorenzo siempre deslizan que el empresario tiene intenciones de aumentar la producción y tomar más personal.

Además, la petrolera de López busca crudo en dos yacimientos de San Juan y también cuenta con áreas en Chubut, Mendoza y en dos zonas de Brasil.

Oil en su rama de explotación hidrocarburífera emplea a más de 1.400 trabajadores, su centro operativo se ubica en Comodoro Rivadavia y también cuenta con oficinas comerciales en Buenos Aires.

El empresario es su accionista principal y, junto a su mujer Muriel Lucía Sosa, posee el 70% del paquete. El 30% restante pertenece a Fabián De Sousa.

Otro que pone fichas en el sector es Alfredo Román, dueño del grupo homónimo y titular de una de las mayores empresas de logística de la región, que a fines del año pasado concretó otro de sus anhelos: jugar en el mercado petrolero.

Román adquirió el porcentaje de Roch, la petrolera creada por el empresario Ricardo Chacra, que estaba en manos de la IFC, brazo financiero del Banco Mundial.

El empresario pasó a controlar así cerca de un 32% del paquete accionario de la petrolera independiente, tal como se conoce en la jerga a las operadoras que no cuentan con el respaldo de un grupo multinacional, con activos en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Mendoza y Neuquén.

Otros nombres en danza
Eduardo Eurnekian es otro de los inversores de peso que quiere cimentar un crecimiento en el área hidrocarburífera.

Con múltiples negocios en el plano local e internacional, tan diversos que van desde la explotación de terminales aeroportuarias hasta el desarrollo de terneros clonados, pasando por grandes obras de infraestructura hídrica y vial, Eurnekian adquirió en 2013 la empresa Compañía General de Combustibles (CGC), histórico brazo petrolero de Sociedad Comercial del Plata, de Santiago Soldatti.

El empresario en cuestión ahora está buscando oportunidades para aumentar el porfolio de la empresa en la industria hidrocarburífera.

Así, trascendió que Eurnekian está interesado en adquirir las áreas de Petrobras en Santa Cruz, de las que CGC es socia minoritaria.

Según pudo saber iProfesional, las negociaciones con la petrolera brasileña comenzaron el año pasado, aunque en los últimos meses parecen haberse estancado.

Eurnekian también sondeó la posibilidad de pulsear por los yacimientos de Apache en Tierra del Fuego, que finalmente quedaron en manos de YPF.

Y en el sector aseguran que incluso sondeó la posibilidad -hasta ahora no materializada- de asociarse con la empresa presidida por Miguel Galuccio para invertir 500 millones de dólares en el desarrollo conjunto de acciones en torno a Vaca Muerta, provincia de Neuquén.

Otro de los que quiere consolidarse en la búsqueda de petróleo y gas es José Luis Manzano, el ex ministro de Interior del menemismo, quien incursionó en decenas de campos exploratorios en varias provincias petroleras.

En total, a través de distintas subsidiarias como Kilwer, Ketsal y Clividen, el holding Andes Energía se adjudicó más de 30 bloques improductivos en Neuquén, Mendoza y Chubut, entre otros distritos donde se explota petróleo y gas.

Con ribetes de negocio inmobiliario, la estrategia de Manzano dio sus frutos: el año pasado vendió la mayoría accionaria de sus campos en Mendoza a YPF por una buena cantidad de dinero. Ahora, la compañía, que cotiza en la Bolsa de Londres, está evaluando otras estrategias de crecimiento.

En esa dirección vale decir que ya concretó una oferta para quedarse con los activos de Gran Tierra Energy, una petrolera independiente de Canadá que controla un portafolio de yacimientos en la cuenca Neuquina y en el norte de país.

También en Neuquén, Marcelo Mindlin quiere convertir a Petrolera Pampa en un productor de gas a fin de asegurar el abastecimiento de la central térmica Loma La Lata.

En noviembre, el brazo petrolero del grupo Pampa Energía e YPF firmaron un acuerdo de inversión por más de 150 millones de dólares para desarrollar un proyecto de producción de gas en el área Rincón del Mangrullo.

En una primera etapa, Pampa prevé invertir u$s81,5 millones para el desarrollo de 17 pozos productivos en la formación Mulichinco de ese bloque.

Participación todavía acotada
La participación de las compañías de capital nacional en el ranking de productores de petróleo y gas todavía se encuentra distante de las multinacionales más conocidas.

Entre los nombres de peso se destaca Pan American Energy (PAE), el segundo productor de crudo del país, cuya titularidad se reparten la británica BP (60%) y Bridas (40%), de los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni y la china CNOOC.

El buque insignia de los Bulgheroni desembarcó hace dos años en la explotación y venta de combustibles a partir de la compra de la refinería y estaciones de Esso, y ahora planea expandir la marca Axion Energy en el mercado local.

Otro jugador de relevancia de origen argentino es Pluspetrol, propiedad de las familias Rey y Poli, que en la última década se diversificó en la región con operaciones en Perú (donde maneja el megayacimiento Camisea).

La empresa es la cuarta petrolera del país y en los últimos años concretó algunas operaciones expansivas, como la compra de los yacimientos de la canadiense Petro Andina Resources.

Más atrás se ubica Tecpetrol, la petrolera de Techint, que ocupa el sexto lugar entre los productores de crudo.