"Yo recuerdo mucho al escritor Arturo Uslar Pietri. La vez que lo visité en su casa, lo conocí y le saludé. En esos días se había retirado de una columna que tenía en el diario El Nacional, y le pregunté: 'Doctor, ¿por qué usted se retiró?'".
Así, con la curiosidad que lo caracterizaba, el comandante venezolano Hugo Chávez se refiere en su libro Cuentos del Arañero al escritor, abogado, intelectual y novelista venezolano más destacado del siglo XX.
Este viernes 16 de mayo se cumplen 108 años del natalicio de Uslar Pietri, nacido en Caracas en 1906 y fallecido en la misma ciudad el 26 de febrero de 2001, a los 95 años.
Sus padres fueron Arturo Uslar Santamaría, de ascendencia alemana, y Helena Pietri Paúl, descendiente de corsos afincados en el estado Sucre.
Su educación primaria y secundaria transcurrió en varias instituciones de los estados Aragua, Carabobo y Miranda. Fue en 1923, cuando cursaba su último año de secundaria, cuando publicó su primer cuento, El silencio del desierto, en la revista Billiken.
Uslar regresó a Caracas a finales de 1923 para iniciar la carrera de Derecho en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se recibió como abogado en 1929. En sus años de estudiante la revista La Universidad publicó varios de sus cuentos y en 1928 lanzó su primer libro de cuentos Barrabás y otros relatos.
Al poco tiempo de su graduación, el novel escritor viajó a París, Francia, con el cargo de Agregado Civil a la Legación de Venezuela, donde permaneció hasta febrero de 1934.
Sus tertulias parisinas estuvieron acompañadas por escritores y artistas como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el cubano Alejo Carpentier, quienes forjaron las herramientas literarias que aflorarían en Las lanzas coloradas (1931), recreación imaginativa de las guerras de Independencia venezolanas.
Para 1936 su pluma se encuentra ávida de divulgar su opinión sobre el proceso político que vive el país tras la muerte de Juan Vicente Gómez. Sus columnas en diarios de circulación nacional tomaron gran resonancia, mientras que sus obras literarias cultivaron diversos géneros como el cuento, el ensayo, libros de viajes, la poesía, el teatro y la novela.
"Sembrar el petróleo"
El 14 de julio de 1936, siete meses después de la muerte de Gómez, Uslar publicó en el periódico Ahora, el que habría de convertirse en su artículo más leído y comentado: Sembrar el petróleo.
En esas líneas, el ilustre levantó su voz para exigirle a los gobernantes de la época no despilfarrar el recurso natural por excelencia del país en políticas que solo llevaban dádivas al pueblo venezolano, y que emplearan los recursos de su explotación en una política sustentable que garantizara el progreso de la nación.
"Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente la necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo".
Este fue el párrafo final del artículo que fue extendido en consideraciones en el discurso El petróleo en Venezuela, pronunciado en 1955 e incorporado a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Venezuela.
"De ello y de más nada, depende que el petróleo no sea una transitoria etapa de abundancia, una corta época de vacas gordas, que va a pasar indiferente a los requerimientos del porvenir del país y ligada únicamente al destino de los hidrocarburos en el mercado mundial", expresó Uslar, palabras que fueron recogidas por la Casa Uslar Pietri en un libro sobre el discurso.
Entre los años 1945 y 1950, Uslar se marchó al exilio a Nueva York, donde se dedicó profundamente a su obra literaria. Publicó la novela El camino de El Dorado (1947), el libro de cuentos Treinta hombres y sus sombras (1949) y los ensayos Sumario de economía venezolana y Letras y hombres de Venezuela (ambos en 1948).
Siempre estuvo en una búsqueda permanente de exaltación de la identidad hispanoamericana, catapultándolo como el escritor venezolano con más influencia en el mundo político y literario del siglo XX, merecedor de numerosos premios y galardones por su obra narrativa, incluido el premio Príncipe de Asturias, que le fue otorgado en 1990 por la novela La visita en el tiempo, el cual reconoce a Uslar como el creador de la novela histórica moderna que contribuye a vivificar la lengua española y a enriquecer la continuidad cultural del continente.
Uslar, quizás, hizo un fugaz recorrido por toda su trayectoria en el mundo de las ideas antes de darle a Chávez la respuesta que el líder revolucionario reprodujo en Cuentos del Arañero: "'Mire, antes que me echen –algo así me dijo–, porque la vida es como una obra de teatro, y yo me retiré a tiempo. Hay dos momentos muy importantes para un actor en una obra de teatro. ¿Cómo se entra en la obra, el momento en que el actor entra a la obra? ¿Cómo entra? Y el momento en que el actor sale de la obra'. Entonces él me decía: 'Yo salí. Usted entró. Vaya a ver cómo va a salir de esta obra'".