Noruega se interesa más por la región latinoamericana. Su petrolera estatal Statoil pretende invertir y exportar su tecnología para producir en el mar. El ministro de Asuntos Exteriores noruego, Børge Brende, visitó el pasado febrero Colombia y Brasil, país donde Statoil concentra sus intereses latinoamericanos. En cambio, en tierra colombiana, Brende se refirió a la colaboración de su país en el diálogo del Gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque el crudo de este país caribeño también interese. También hay visitas latinoamericanas a Noruega: en septiembre próximo viajará a Oslo el presidente uruguayo, José Mujica, que considera que este país no miembro de la Unión Europea es su modelo, pues, a su entender, manifiesta un equilibrio entre capitalismo y socialismo.
Statoil es el segundo productor de crudo en Brasil, después de Petrobras. El campo de Peregrino, en ese país sudamericano, es el mayor que opera la petrolera noruega fuera de su territorio. Junto con esta empresa también se han instalado varias proveedoras noruegas del sector de hidrocarburos, que venden desde barcos hasta plataformas petroleras. Statoil aspira a que esta fuerte presencia en Brasil se repita en el Golfo de México partir de la reforma energética que lleva adelante el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, para abrir el sector al capital privado y extranjero.
En 2012, la inversión noruega en Brasil ascendió a 2.272 millones de euros. En Chile, a 198 millones, en especial en el sector pesquero; en Perú, a 185 millones; en Argentina, a 33 millones; en México, a 28 millones y en Colombia, a 16 millones. “Argentina no es ahora un país económicamente importante para Noruega, no hay producción petrolera offshore (en el mar), pero es importante por los lazos políticos y en el futuro puede ser que por los económicos”, se ilusiona el consejero de la embajada noruega en Buenos Aires, Thorstein Wangen. En la actualidad en este país apenas hay una representación comercial de la fabricante noruega de fertilizantes Yara, entre otras pocas empresas de su mismo origen. Pese a que el presidente de la petrolera estatal YPF, Miguel Galuccio, ha tomado como modelo a Statoil, existen versiones contradictorias sobre si esta compañía europea se asociará o no con su par argentina en la explotación de hidrocarburos no convencionales en el rico yacimiento de Vaca Muerta, dado que su especialidad no es el fracking (fractura hidráulica) sin el offshore. En cambio, desde hace dos décadas produce en Venezuela y en los últimos tiempos se ha expandido por Colombia, siempre en aguas profundas.
Noruega exporta al mundo sobre todo petróleo y bienes y servicios vinculados a esta industria. En 2013, sus ventas a Latinoamérica se repartieron así: a Brasil, 619 millones; a México, 99 millones y a Argentina, 61 millones. Les siguieron Panamá, Chile y Venezuela. Importador de minerales y alimentos, Noruega se abasteció de Brasil por 958 millones, de Perú por 239 millones y de México por 137 millones. Después aparecen Chile, Colombia y Costa Rica. Noruega presenta la tercera mayor renta per cápita del mundo, tras Luxemburgo y Catar, y es la economía 23°, por encima de Argentina (26°).