Funcionarios mexicanos definieron el escenario cambiante de la industria petrolera y gasífera del país, en momentos en que México va en busca de actores extranjeros para ayudar a desarrollar su futuro energético.
Con esta reforma, la mayor parte de la producción del país seguirá en manos del monopolio petrolero estatal, Pemex. Pero los inversores privados podrán hacer ofertas sobre un porcentaje significativo de las reservas halladas, cuya explotación requerirá conocimientos expertos y mucha financiación.
El anuncio pone en movimiento la apertura largamente esperada del negocio petrolero mexicano, donde la inversión privada ha sido prohibida desde que fueron expropiadas las compañías extranjeras y se nacionalizó la industria en 1938. En un esfuerzo por aumentar la producción, el presidente Enrique Peña Nieto obtuvo el acuerdo del Congreso mexicano en diciembre para permitir la inversión privada en la industria.
Funcionarios dijeron que Pemex retendrá 83% de las reservas comprobadas y probables de México, lo que representa 20.600 millones de barriles de equivalente de crudo, según las estimaciones. La compañía recibirá 23.500 millones de barriles adicionales de las reservas previstas del país, 21% de las reservas que se creen que existen en áreas en las que no se han hecho perforaciones aún.
El CEO de Pemex, Emilio Lozoya Austin, dijo que la compañía comenzaría a analizar joint ventures para ayudarla a explotar algunos de estos yacimientos, incluyendo los de aguas profundas del Golfo de México.
La experiencia de Pemex y el hecho de que seguirá dominando el mercado significa que "todos quieren asociarse con Pemex", dijo David Shields, analista de energía independiente con sede aquí. "Nadie quiere competir con Pemex".
La reforma refleja el cambio en la fortuna energética del país. La producción mexicana ha declinado alrededor de un millón de barriles diarios desde su año pico, que fue 2004, cuando Pemex produjo casi 3,4 millones de barriles diarios.
Funcionarios del sector energético esperan que el ingreso de nuevas compañías traerá capital y conocimientos expertos para explotar depósitos difíciles y elevar la producción nacional a tres millones de barriles diarios para 2018. La meta del gobierno es atraer inversiones externas por más de US$ 12.600 millones al año, lo que agregaría alrededor de un 50% a la actual inversión anual de Pemex, dijo Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el ente regulador del país.
Si bien inversores privados harán ofertas sobre bloques de exploración en una amplia gama de yacimientos a partir del año entrante, los analistas dicen que gran parte de la atención estará concentrada en esos yacimientos de aguas profundas en el Golfo de México.
Compañías internacionales, como Chevron y Shell, han tenido éxito en bombear petróleo desde las profundidades del océano en el sector estadounidense del Golfo de México. Algunas de esas compañías probablemente estén interesadas en ofertar para explotar los yacimientos en la zona mexicana, dijo Lourdes Melgar, la subsecretaria mexicana de hidrocarburos. "Estamos incluyendo bloques que nos darán más barriles en los próximos dos a tres años", dijo Melgar. "Y también estamos mirando al futuro."