El Comando Central (Centcom) de las fuerzas militares estadounidenses dijo que la más reciente oleada de ataques aéreos con drones y aviones de combate de EE.UU., Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita tuvo como objetivo varias refinerías pequeñas en Siria bajo el control de los extremistas de Estado Islámico (EI).
Esas refinerías y los campos que las abastecen con petróleo han jugado un papel vital alimentando a las unidades militares de EI y generar cerca de US$2 millones en ingresos diarios para el grupo.
Dañar esa infraestructura es claramente parte de la estrategia más amplia de Estados Unidos y sus aliados para debilitar las capacidades de EI.
El comunicado del Centcom sugería que las instalaciones golpeadas producían entre 300 y 500 barriles de petróleo refinado al día. Estaban en Mayadin y Abu Kamal, en la parte sur del valle del Eúfrates y en al-Houl, provincia de Hassakeh, más al noreste.
Refinerías pequeñas
En el curso de su dramática ofensiva en Irak y Siria en junio, EI obtuvo el control de buena parte de la infrastructura petrolera.
Refinería
Los activos más preciados eran un grupo de campos en el valle del Eúfrates, que habían sido operados por empresas incluyendo a Shell y Total.
Esos campos, los mayores de los cuales son Omar y Tanak, producen crudo liviano, con bajo contenido de azufre, que es relativamente fácil de refinar.
Antes de la ofensiva de Estado Islámico, los campos eran controlados por el frente al Nusra, un grupo afiliado a al Qaeda, y tribus locales.
No obstante, los campos del Eúfrates han venido declinando desde que llegaron a un tope de producción de 400.000 barriles diarios hace diez años y apenas llegaban a 90.000 barriles diarios cuando comenzó el levantamiento contra el gobierno de Al Asad en marzo de 2011.
La geología en la zona es compleja y los campos requieren la inyección de grandes cantidades de agua para mantener la producción.
Tampoco hay refinerías de gran tamaño en la zona. En cambio, existen instalaciones artesanales que permiten procesar el crudo en combustibles que sirve para usar en vehículos o para su exportación.
Oleoducto interrumpido
EI también obtuvo el control de varios campos en el sur de la provincia de Hassakeh, operados antes por la empresa estatal SPC, incluyendo al-Houla, Shadada y Jbeissa.
No obstante, los mayores campos de Siria, como Sweidiya y Rumalian, quedan en el norte de Hakkaseh, un área controlada por grupos kurdos.
Esos campos producen a un nivel restringido, suficiente para los requerimientos locales.
El oleoducto principal de Hassakeh al centro de Siria y a la costa lleva dos años bloqueado.
Siria produjo 385.000 barriles en 2011, de los cuales 55% vienen de campos operados en SPC en el noreste.
El petróleo de los campos de SPC es también más difícil de refinar.
El comunicado de Centcom no menciona ataques a instalaciones petroleras más al norte, en Manbij y en Tal Abyad, que han crecido en los últimos dos años como centros de comercio, refinación y contrabando de petróleo.
Eso puede reflejar un desplazamiento reciente en las prioridades de EI para asegurar suficiente petróleo para sus operaciones en Irak luego del cierre de la refinería de Baiji.
EI ha estado peleando para asegurar el control de esta refinería durante meses, sin éxito.
Coordinación
La mayoría del petróleo sacado de contrabando de los campos de Siria ha sido vendido a comerciantes en Turquía y comercializado en ese país o en otros países.
Ha habido repetidos informes de comercio de petróleo entre EI y el gobierno de Al Asad, pero el gobierno depende principalmente de crudo suministrado por vía marítima a la refinería de Baniyas en el Mar Mediterráneo, con otros productos transportados por carretera desde Beirut.
Los suministros a Baniyas, estimados en un promedio de 100.000 barriles diarios, son financiados con una línea de crédito de Irán y consisten de una mezcla de crudo pesado iraní con otros crudos más livianos, incluidos el liviano de Basora, según una investigación de Reuters.
Ha habido también algo de coordinación entre el gobierno de Al Asad y grupos rebeldes, incluyendo a EI, para la producción y distribución del gas natural y la transmisión de energía eléctrica.
La mayoría de los campos sirios de gas natural están localizados en la región central entre Homs y Palmyra, que están en términos generales bajo control gubernamental, y en Hassakeh.
La producción de gas natural se ha mantenido relativamente estable pese al conflicto y llegó en promedio a 520 millones de pies cúbicos diarios en el primer semestre de 2014 comparado con 840 millones en 2011.
Casi todas las estaciones generadoras de energía están en áreas controladas por el gobierno así que hay un interés común en todas las partes para salvaguardar los suministros de gas y electricidad.
Estados Unidos y sus aliados pueden dañar la logística y las actividades comerciales de EI mediante el bombardeo de las refinerías improvisadas en las áreas bajo control del grupo.
No obstante, cualquier ataque a la infraestructura subyacente en los campos de gas y petróleo sería más controversial, pues implicaría atacar a activos soberanos de Siria.
David Butter es un analista en temas de energía y de la economía política del Medio Oriente así como un investigador asociado en el centro de investigación londinense de Chatham House.