“Miguel Galuccio tiene que seguir al frente de YPF. Es un hombre muy preparado que supo gestionar una compañía que es muy complicada. Además es un hombre reconocido en el mundo en el sector petrolero. Fue capaz de involucrar a Chevron, a Dow y a Petronas  en el desarrollo de Vaca Muerta.  Hechos que el nuevo Gobierno tiene que respetar y reconocer. Por eso corre con una gran ventaja para manejar el destino de YPF”,  analizó, en diálogo con Apertura.com, Roberto Monti, el hombre que ocupó la presidencia de YPF a fines de la década del noventa .“Las compañías internacionales deberían estar preocupadas si la persona con la que generaron los negocios corre el riesgo de ser borrada de un plumazo ”, agregó. 

El ex ejecutivo, que reconoce estar en la misma línea ideológica de Mauricio Macri, recibió a este medio en exclusiva. Distendido pero sin dejar de lado su perfil técnico, aclaró que su opinión, lejos del tinte político, busca contribuir para un mejor futuro de la Argentina. 

“Quien se ocupe de gestionar YPF debe ser una persona idónea que conozca del sector. No puede ser un banquero. Además debe ser un perfil con las cualidades para balancear los intereses de todos los accionistas, los mayoritarios y los minoritarios. El Gobierno no puede tomar decisiones unilaterales sino que las decisiones deben tomarse  por consenso en una asamblea general de accionistas”, enfatizó.

Por otra parte, Monti mostró su satisfacción por el nombramiento de Juan José Aranguren al frente del Ministerio de Energía y Minería. “Es un excelente profesional, está bien encaminado y entiende perfectamente la complejidad del sector”, expresó.

Sentido común

A la hora de plantear cuáles son las soluciones, el ex presidente de YPF destacó la necesidad de apelar al sentido común. “Hay que sacar los parches pero de forma progresiva”, aclaró. También se refirió a la situación coyuntural que padece el mercado y a las distorsiones en el valor del crudo: “Ese es otro de los parches a resolver. Hace unos años el petróleo en el mundo  el barril cotizaba a US$ 100 y en la Argentina costaba US$ 70. Hoy es al revés, en el mundo cuesta US$ 47 y en el país se negocia a US$ 77, y la realidad es que la  situación internacional no se revertirá en el corto plazo. Si la intención es abrir los mercados vamos paulativamente a enfrentarnos a la realidad del mercado internacional. No podemos quedarnos con el petróleo más caro del mundo cuando la situación en el mundo es otra, vamos a tener que converger hacia precios más racionales”, finalizó.