La reunión del martes pasado entre el gobernador Mario Das Neves, el ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, y el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, transcurrió por carriles de extrema cordialidad. Salvo cuando el mandatario chubutense se puso un poco más serio y le hizo saber a Aranguren cuáles son los aspectos innegociables de la relación entre la provincia y el Gobierno nacional: la continuidad de todos y cada uno de los puestos laborales en el sector y la necesidad de renegociar las altas retenciones que hace Nación en materia hidrocarburífera, en donde Chubut recibe sólo un tercio de lo que produce.

El miércoles, durante la asunción del líder de los Petroleros, Jorge “Loma” Ávila, al frente de la estatal Petrominera, el gobernador volvió a marcar con firmeza su posición: “Aranguren es muy amplio en el discurso sobre la política energética pero a veces tengo la impresión de que desconoce el funcionamiento del Estado con las operadoras, empresas de servicios y sindicatos”, sentenció Das Neves.

Los tonos de los discursos del gobernador y el propio Ávila estuvieron en sintonía. Y ambos, palabras más palabras menos, advirtieron que están dispuestos a “cerrar las llaves” del petróleo y el gas si el gobierno de Mauricio Macri no atiende en tiempo y forma y con medidas claras la crisis petrolera que se vive en Chubut y el resto de la Patagonia.

Por eso, no sorprende que la movilización que los gremios petroleros realizarán mañana en Comodoro Rivadavia cuente con el apoyo irrestricto del Gobierno provincial. Es más, Das Neves dispuso que el ministro de Hidrocarburos, Sergio Bohe, esté en la primera fila de la marcha para que nadie tenga dudas de dónde está parada su gestión.

Paz social en riesgo

“La crisis petrolera se agudiza y el gobierno de Mauricio Macri debe apurarse a tomar medidas”, describió el diario El Cronista esta semana, haciendo una dura lectura de lo que le espera al Gobierno nacional en las próximas semanas si no toma decisiones de fondo en el sector petrolero.

Esta semana se vence el acuerdo que firmó la administración anterior con empresas, sindicatos y provincias productoras para garantizar la paz social en el sector (que no haya despidos por el lado de las empresas y sin conflictos gremiales por el lado de los trabajadores) y mantener el nivel de actividad.

En Buenos Aires aseguran que la renovación de ese acuerdo está en marcha y que el propio Aranguren está redactando los términos del mismo. El expresidente de Shell está negociando con el sector del “downstream” (refinadoras) precios más bajos para abaratar sus costos, a cambio de que moderen aumentos en las naftas y el gasoil en medio de la devaluación que provocó el levantamiento del cepo cambiario.

En la industria del “upstream” (productoras) son conscientes de que el nuevo precio que ambiciona el Gobierno nacional se ubica por debajo de los 77 dólares que se convino para este año.

Ese rumor alertó a los gremios y por eso se decidió la movilización de mañana en defensa de los puestos de trabajo. Ávila siempre mantuvo una relación razonable con las operadoras pero no está dispuesto a perder ni un metro de terreno. Si la crisis es inevitable, que la paguen los que más han ganado en todos estos años, repite el “Loma” a quien quiera oírlo.

Los trabajadores ya tienen de aliado al Gobierno provincial y quieren sumar voluntades influyentes, por eso la movilización de este lunes comenzará en el edificio en donde funciona el Sindicato del Petróleo y Gas Privados y terminará en la sede del Obispado de Comodoro Rivadavia, en donde se entregará un completo informe de situación al obispo Joaquín Gimeno Lahoz.

Ávila y José Lludgar, el líder de los Petroleros Jerárquicos, quieren involucrar a todos los actores de la sociedad para que se encolumnen detrás de los intereses de los trabajadores. Si se caen los salarios de los petroleros va a haber menos ventas, menos comercios y menos recaudación municipal. “Si nos va mal a nosotros, les va a ir mal a todos”, alertan.

Contratos en la mira

El trabajo codo a codo con los petroleros no distinguirá frentes. Por eso, Das Neves también anunció que irá a fondos con la creación de una “Comisión de Seguimiento del Desempeño de Contratos Petroleros”, que será integrada por los gremios pero también los intendentes de la cuenca petrolera.

En las petroleras tomaron nota. La crisis los cruza a todos por el medio pero ven con recelo que el gobernador se alinea de manera tan decidida con los gremios y que anuncie un nuevo método de control de los contratos. “Para eso ya está la Ley de Hidrocarburos”, dicen desde las empresas petroleras, muchas de las cuales ocuparon con sus operadores las primeras filas de la Legislatura el día de la asunción de Das Neves. Pero ahora, los popes de esas empresas en Buenos Aires dudan si los “lobbystas” que llegaron hasta Rawson eran los más adecuados para negociar en esta etapa de la crisis.

“Es muy importante terminar con la intermediación. Queremos un Estado presente que esté al lado de cada ciudadano: viva en donde viva”, dijo Das Neves en Comodoro, el lugar en donde más le ha costado hacer pie en sus anteriores dos mandatos.

Por ese motivo, entre otros, el gobernador se ha propuesto reconstruir su relación con el sur. Inclusive, con aliados que en las últimas elecciones coqueteaban con él pero en las tribunas kirchneristas lo cuestionaban duramente por haberse ido del peronismo y no comulgar con el proyecto “nacional y popular”.

Das Neves puso a Ávila en Petrominera y a Néstor Di Pierro en el Directorio de YPF porque creyó que había que dar una señal a Comodoro de que no era cierto que el dasnevismo siempre le había dado la espalda a la ciudad petrolera.

El gobernador, además, está dispuesto a fortalecer su relación con el intendente Carlos Linares todo lo que sea necesario. Siempre se llevaron bien. Aún en los tiempos de mayor tensión entre el dasnevismo y el Frente para la Victoria, Linares fue un interlocutor siempre dispuesto.

Pero en Fontana 50, algunos no se olvidan que Linares rechazó dar el salto a Chubut Somos Todos en las semanas previas a las PASO y por eso –todavía- algunos operadores dasnevistas lo siguen mirando de reojo. Creen que a Linares hay que tenerlo a raya, sobre todo por sus apetencias electorales de cara al futuro.

Es por ello que pretenden que el rédito político de todo lo que se pueda conseguir en esta lucha con los petroleros se reparta. Y si hay alguien que tenga que capitalizar un poco más, que ese sea Das Neves.

De cualquier modo, el gobernador quiere que las disputas partidarias y electorales queden para otro momento. Aspira a juntar en estos días a los tres senadores (Juan Mario Pais, Nancy González y Alfredo Luenzo) y los cinco diputados chubutenses (Santiago Igón, Ana Llanos, Jorge Taboada, Nelly Lagoria y Sixto Bermejo) para definir estrategias comunes que defiendan los intereses de la provincia.

Más allá de la pertenencia ideológica o de un espacio político en particular, Das Neves cree que lo importante es que cuando alguien está en función o en gestión tiene que defender los intereses de la provincia por encima de todo. “Esa es la demanda de la sociedad”, dijo.

Y tiene razón.