El regulador petrolero de México ha programado su primera subasta de aguas profundas, de 10 bloques en el Golfo de México, para principios de diciembre, después de que modificaciones constitucionales en 2013 pusieron fin a un monopolio de casi ocho décadas de la petrolera estatal Pemex.
La baja tasa permitiría a las empresas depender menos de proveedores mexicanos, que tienen experiencia limitada en aguas profundas en su mayoría inexploradas del país.
La norma establece un mínimo del 3% en 2015, que cubría los pocos proyectos operados por Pemex, y aumentaría a un máximo de 8% en 2025, según un aviso publicado en el Diario Oficial.
Los mínimos de contenido son mucho más bajos que para los proyectos en tierra y aguas someras, que alcanzan un máximo de 35%.
Luis Miguel Labardini, analista de petróleo de la consultora de energía con sede en Ciudad de México Marcos y Asociados, describe la regla como "muy razonable", sobre todo si se compara con las de otros países como Brasil.
"Yo creo que es una buena señal para dar flexibilidad a los operadores internacionales", destacó.