Wall Street hizo la vista gorda con el petróleo y su caída de precios gracias a los buenos resultados de empleo en Estados Unidos.
Poco habitual es que el crudo no marque el camino al parqué neoyorquino, sin embargo esta última sesión de la semana los operadores parecen haber preferido mirar “la big picture” y descansar por una vez de eso de usar el petróleo como única brújula a falta de otras señales del mercado.
Seguramente los operadores se hayan dado cuenta de que detrás de la buena salud del mercado laboral se debe leer un alejamiento de la nube negra de la recesión, ese fantasma que llevó a los mercados a un principio de año para el olvido.
Y eso que hay dónde sujetar los miedos este viernes que el barril de Texas cerró en Nueva York con una fuerte caída del 4.04 por ciento hasta los 36.79 dólares y acumuló un descenso semanal del 6.77 por ciento, en medio de informes que indican poca disposición a limitar el exceso de oferta en el mercado.
Al final, pese a todo, Wall Street cerró con ganancias y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió 0.61 por ciento, al tiempo que el selectivo S&P 500 avanzó 0.63 por ciento y el índice compuesto del mercado Nasdaq 0.92 por ciento.
Algo también habrá pesado en la confianza de los operadores que este jueves se cerrara en positivo el trimestre para el Dow Jones, que ya acumulaba seis meses de verdes.