“Para Irán, aceptar un congelamiento de la producción significaría en la práctica aceptar voluntariamente (el mantenimiento) de las sanciones levantadas tras años de esfuerzo y de resistencia de la nación”, declaró Bijan Zanganeh, citado por la página web de la televisión estatal Irib.
“Congelar la producción en el nivel de enero de 2016 sería como si las sanciones no se hubieran levantado y las exportaciones de petróleo de Irán quedarían estabilizadas al nivel de las (de la época) de las sanciones”, agregó.
Las sanciones internacionales que asfixiaban la economía iraní fueron en gran parte levantadas el 16 de enero, seis meses después de que el país cerrara un histórico acuerdo con las grandes potencias sobre el programa nuclear de Teherán.
Esto permitió a Irán, miembro de la Organización de los Países Productores de Petróleo (Opep), recuperar fuerza en el mercado y aumentar sus exportaciones de crudo, que pasó de un millón de barriles diarios en diciembre de 2015 a dos millones de barriles a principios de abril.
Zanganeh acusó a “algunos países” productores de ser responsables de la situación actual de superproducción de petróleo, que entraña una caída de los precios.
Estas declaraciones se produjeron tras el fracaso de una reunión, celebrada el domingo en Doha (Catar), de los grandes países productores para limitar la producción de crudo.
Las diferencias entre Irán y Arabia Saudita estallaron antes de que se iniciara el encuentro, lo que llevó a Teherán a decidirse por el boicot.
En una entrevista publicada en la víspera de la reunión, el vicepríncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed ben Salman, afirmó que su país no congelaría su producción si Irán no hacía lo mismo.