“Vaca Muerta va a seguir siendo para YPF y para el país una muy buena opción para recuperar la seguridad energética”, sostuvo Desde el año pasado, el impacto de la caída del precio del crudo llevó a desactivar planes de inversión en recursos no convencionales (shale oil y gas, tight sand gas). En marzo YPF anunció una reducción del 25% en las inversiones, y otras empresas siguen sus pasos. De las 11 operadoras que hoy trabajan shale en Vaca Muerta, la petrolera estatal concentra más del 60% del total, de allí la relevancia de las decisiones que tome. Además, YPF se asoció en distintas áreas con Chevron, Petronas, y con Pan American Energy, del grupo Bulgheroni. Más recientemente, suscribió acuerdos con Dow y American Energy Partners.
Víctor Bronstein, analista del mercado petrolero, recuerda que la caída de los precios del crudo motivó una retracción de las inversiones a nivel mundial. “En Estados Unidos, el país que más desarrolló el shale, había 1100 equipos de perforación en 2014, hoy quedan 450, y se han despedido muchos trabajadores”.
Por su parte, el experto Daniel Kokogian, sostiene que si bien puede caer algo la inversión, las empresas van a mantener sus planes de explotación porque en los yacimientos no convencionales “si no perforás, decae la producción”. Explica que por sus propias características, los reservorios de shale producen el 60% del total durante el primer año, mientras en uno convencional acumula el 60% de su producción en 3 o 4 años”. De cualquier manera, el problema es que el costo de un pozo petrolero convencional oscila entre US$1,5 y 3 millones, y el no convencional trepa a US$10 millones por pozo.