El nuevo presidente ejecutivo de Petróleo Brasileiro S.A. ha prometido devolver la “grandeza” a la petrolera estatal. Para hacerlo, dice que es necesario desprenderse de activos y de ideologías obsoletas que han dejado de ser útiles a la empresa más importante de Brasil.
En una entrevista con The Wall Street Journal —la primera con la prensa extranjera desde que asumió el cargo el mes pasado—, el ex ejecutivo de la agroindustria Pedro Parente apuntó a la transformación de Petrobras en una empresa más ágil, rentable y exenta de la intromisión política como la manera de restaurar su deteriorada imagen. “Esta va a ser una empresa seria... con la mejor gestión que podemos tener en este país”, aseveró. “No son pequeños los sueños que tenemos para esta compañía. No habría venido aquí si no fuera con el fin de trabajar para devolver su grandeza a esta empresa”, indicó.
Parente dio señales de que su estrategia está mayormente en línea con la establecida por su predecesor, Aldemir Bendine: vender activos no estratégicos y reducir costos para disminuir la mayor deuda de la industria, que ronda los US$126.000 millones.
Parente informó que la compañía ha recibido tres ofertas para comprar una participación en su filial minorista de combustible BR Distribuidora S.A., pero no brindó detalles. Petrobras también está en conversaciones exclusivas con la canadiense Brookfield Asset Management Inc. para la venta de su unidad de gasoductos Nova Transportadora do Sudeste S.A.
La empresa ha dicho previamente que su objetivo es reducir su deuda a 2,5 veces su flujo de caja. Parente añadió que preferiría que esa proporción fuera de una o dos veces el flujo de caja, pero se trata de una meta difícil.
“Su mayor reto será reducir el endeudamiento de Petrobras… ya que [la empresa] es prácticamente insolvente”, manifestó Luis Octavio da Motta Veiga, ex presidente de la compañía, que elogió la preparación de Parente. “Puede hacerlo, pero no va a ser fácil”, advirtió.
Parente también insinuó posibles cambios significativos. Petrobras ha despedido a varios miles de contratistas y comenzó un programa de jubilación voluntaria para sus empleados de planta. Parente no descartó despidos adicionales, pero no proporcionó más detalles.
También apoya un proyecto de ley que permitiría a las empresas extranjeras invertir en codiciados yacimientos petrolíferos en alta mar. La iniciativa ha sido blanco de ácidas críticas de los sindicatos petroleros y otros opositores, que acusan al gobierno de estar vendiendo el patrimonio nacional al extranjero.
La legislación actual exige que Petrobras sea el operador principal y que mantenga al menos una participación de 30% en cualquiera de sus proyectos en los llamados yacimientos de petróleo presal. Este mandato ha obligado a Petrobras a endeudarse y ha frenado el desarrollo de la riqueza de aguas profundas del país.
“¿Hay un tabú o dogma en relación con gestionar esta cartera de una manera activa? No”, aseguró Parente. “Teniendo en cuenta nuestras limitaciones financieras, tenemos que ser muy selectivos al elegir los campos en los que vamos a invertir”, agregó.
Ex máximo ejecutivo de la unidad brasileña del gigante estadounidense de la agroindustria Bunge Ltd., Parente también se desempeña como presidente de la junta del operador de bolsa BM&FBovespa S.A. Aunque no hizo una carrera en el petróleo, no es ajeno a Petrobras: entre 1999 y 2003 participó en su junta directiva. También fue jefe de gabinete y viceministro de Hacienda del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
Tal experiencia podría resultarle valiosa ya que deberá navegar una caótica y crítica situación política. La presidenta Dilma Rousseff se vio obligada a renunciar el mes pasado para hacer frente a un juicio político. El presidente interino, Michel Temer, está lidiando casi a diario con revelaciones que vinculan a sus ministros con casos de corrupción; tres de ellos han renunciado.
“No me puedo preocupar de eso, que está fuera de mi control”, dijo Parente. “La empresa no puede perder el tiempo. Mi perspectiva en términos de tiempo es permanecer aquí y hacer frente a las cosas que hay que hacer. No estoy esperando esa decisión [en relación con el juicio político a Rousseff]”.
El ejecutivo aseguró contar con todo el apoyo de Temer y que se le dieran garantías de que no habrá interferencia política. En los últimos años, el gobierno usó a Petrobras para combatir la inflación al no permitirle elevar los precios del combustible. Petrobras perdió miles de millones de dólares subvencionando importaciones de gasolina y diésel para los brasileños.
Parente también tendrá que trabajar con los sindicatos, que a veces han obstaculizado la campaña de reducción de costos de la compañía. Después de que Parente señalara su apoyo al proyecto de ley que permitiría abrir los yacimientos en aguas profundas a una mayor inversión privada, varios sindicatos prominentes iniciaron protestas. Uno de ellos organizó una huelga de 24 horas y ha prometido más medidas si el proyecto se convierte en ley.
“Estoy listo para el diálogo [con los sindicatos], pero se debe basar en datos y hechos”, dijo Parente. “Desafortunadamente, algunos de los sindicatos tienen visiones dogmáticas. Pero estoy totalmente abierto al diálogo”.
Luego están los efectos persistentes del enorme escándalo de corrupción centrado en Petrobras. Los fiscales dicen que las mayores constructoras del país trabajaron en conjunto para exagerar sus cobros a Petrobras por miles de millones de reales en sus contratos. Parte del dinero fue usado para financiar a los partidos políticos y otra parte se destinó a sobornos. El escándalo obligó a Petrobras a hacer rebajas contables de miles de millones de dólares en pérdidas y activos inflados. La empresa afronta además una serie de demandas judiciales en Brasil y EE.UU.
En la entrevista, Parente hizo alusión a la forma en que podría hacer frente a las más de una docena de demandas que han sido presentadas por inversionistas de EE.UU., incluyendo la Fundación Gates y Pimco, que compraron ADR de Petrobras en Nueva York. “La historia demuestra que se pueden alcanzar acuerdos”, señaló.