Las empresas del sector están preocupadas por la producción futura incluso en años de fuerte sobreabastecimiento. Pero la decisión de la minera más grande del mundo de elevar el gasto en exploración señala un alejamiento de las fusiones y adquisiciones que algunos en el mercado esperaban que ayuden a impulsar el crecimiento tras el colapso de los precios.
BHP y sus pares, como Rio Tinto y Glencore, no han descartado adquisiciones, pero refieren que pocos proyectos importantes están a la venta en el precio correcto, lo que no les deja otra opción que expandirse mediante la exploración.
“Las compañías operan en un mundo cíclico y se trata de establecer un crecimiento a largo plazo”, dijo Keith Goode, analista de Eagle Mining Research. “Puede que haya demasiado allá afuera en este momento, pero el cobre y el petróleo no se van a ir”, agregó.
Para BHP, las cifras de exploración para el año fiscal 2017 representan un 18% de su presupuesto de capital total de US$ 5,000 millones.
Rio Tinto, que no cuenta con una división petrolera, está concentrando gran parte de sus esfuerzos en la exploración de cobre, un metal relegado por ahora, pero cuyo suministro podría registrar un déficit al final de la década.
BHP es la segunda cuprífera más grande del mundo, pero es un productor mediano de petróleo.
Gran parte del presupuesto será destinado a la perforación de crudo convencional en mar adentro, mientras que cerca de un 25% será para la exploración de cobre, según analistas.