La tregua se extiende así otro mes, más allá de la firmada entre el 1 de febrero y 1 de agosto que buscaba la paz social.
Es una paz social nunca lograda ya que las empresas no cumplieron los compromisos de suba de equipos y sostenimiento de la actividad, pese a embolsar subsidios, y los sindicatos afectaron la producción con piquetes y paros.
La orden de YPF fue para SAI, su contratista más agresiva a la hora de impulsar la discusión por productividad y avanzar en la jornada laboral de ocho horas con reducción salarial. La compañía de operaciones especiales firmó el acuerdo con los petroleros y revirtió 260 telegramas de suspensión por un mes sin goce de haberes.
Otro frente a resolver es Tecpetrol. Los petroleros han tenido varios desencuentros con esta operadora, aunque firmaron un acuerdo de paz social que vence el 31 de agosto. A esta empresa la acusaron de forzar los retiros voluntarios, reducir cuadrillas y avanzar con la automatización de sus yacimientos.
Los delegados de SAI y SP mantuvieron plenarios con el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados, Jorge Avila, para conocer el detalle del acuerdo. "Logramos que San Antonio volviera a los salarios normales y levantar las suspensiones volviendo a sacar a los sectores principales de la empresa a trabajar", dijo Avila.
"No hay nada que festejar. Es lo mismo porque se extendió 30 días más. No hay logros de nadie. Hay que estar tranquilos y trabajar para poder llegar a buen puerto. Lo ideal hubiera sido lograr que los equipos salieran", reconoció el sindicalista ayer, en declaraciones radiales.
El Ministerio de Trabajo de la Nación obligó con una resolución a SAI, Baker Hughes y Bolland, todas socias de la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (CEOPE), a evitar cualquier medida que afecte el nivel de empleo. SAI tuvo que levantar sus telegramas de suspensión.
En el transcurso de este mes, los trabajadores petroleros liderados por Jorge Avila y los jerárquicos que encabeza José Llugdar tienen que resolver sus diferencias con YPF y Tecpetrol, en el marco de la conflictiva relación que mantienen desde febrero luego del plan vacacional.
ALERTA EN LA PATAGONIA
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) pone mayor alerta al panorama de la industria petrolera. Entre diciembre del año pasado y julio último, la rama petrolera se desprendió de 4.162 operarios, en una estimación global para toda la Patagonia.
"Seguidamente, en el sector petrolero, los despidos alcanzan a 4.162 (en empresas como Petrolera del Sur, Tecpetrol, Sipetrol y Petersen) mientras que el sector energético contiene 4.012 despedidos (con la observación anterior referida a la empresa estatal Atucha dentro de este rubro)", describe el trabajo de CEPA.
El centro de investigación remarca la crisis del último mes, que entra en un compás de espera por 30 días al menos en Chubut, que incluyó conflictos en San Antonio y SP Argentina, YPF, PECOM y Copgo GE Oil& Gas. "Las empresas petroleras argumentan altos costos, y el escenario marca una profundización de la conflictividad en la Patagonia".
"Continuando con el rubro energético son preocupantes los 500 despidos en YPF –acompañados de bajas de equipos–, mientras que en el caso de EDESUR, beneficiada con aumento de tarifas, se produjeron sendos despidos de trabajadores contratados, alcanzando aproximadamente 200 casos", añade el estudio.