El acuerdo fue firmado por los ministros de Energía de Arabia Saudita y Rusia en China, en el marco del encuentro del G-20, y se produjo después de una reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el príncipe saudí Mohammed bin Salman, segundo en la línea de sucesión al trono.
El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, afirmó que ambos países estaban avanzando hacia una alianza estratégica y que el elevado nivel de confianza les permitiría afrontar desafíos globales.
La Organización de Países Exportadores del Petróleo (OPEP) sostendrá conversaciones informales en Argelia más tarde este mes y tiene previsto reunirse oficialmente en Viena en noviembre.
Muchos productores de la OPEP han hecho llamados a congelar los niveles de producción a fin de controlar el exceso de suministros. El líder de facto del grupo, Arabia Saudita, también ha dado señales de su disposición a cooperar, ya que enfrenta presiones presupuestarias.
Se trataría del primer acuerdo entre la OPEP y Rusia -que no pertenece a la organización- en 15 años, desde que Moscú accedió a reducir sus niveles de bombeo junto a los países del grupo al inicio del nuevo milenio, aunque nunca cumplió con su promesa.
En abril, Rusia se estaba preparando para acceder a un congelamiento de la producción junto a la OPEP, pero las conversaciones colapsaron cuando Riad dijo que firmaría un acuerdo sólo si el tercer mayor productor en la organización, Irán, participaba en la iniciativa.
Irán argumenta que necesita recuperar la participación de mercado que perdió durante los años en que estuvo sujeto a severas sanciones de los países de Occidente, las que fueron levantadas en enero.
Los precios del petróleo se hundieron a un mínimo de US$27 el barril previamente este año, pero se han recuperado desde entonces para operar en cerca de US$50.
El lunes, el referencial Brent saltó más de 4,7% a alrededor de US$49 el barril, pero a las 1118 GMT reducía avances para negociarse con un alza de 2,48 por ciento a US$45,55 por barril.