A unos 250 kilómetros al sur de la oriental ciudad de Santa Cruz de la Sierra, y emplazada sobre 15 parcelas del bloque Ipati, en la comunidad Caraparicito, la instalación fue inaugurada el 16 de septiembre por el mandatario.
La colosal infraestructura que inició operaciones el 3 de agosto tiene una capacidad máxima de producción de 6,7 millones de metros cúbicos al día (MMmcd), y con ello incrementa en el 11 por ciento la producción gasífera de esta nación andina, que ahora manufactura 65 MMmcd.
Construirla demandó en una primera etapa una inversión cercana a los mil millones de dólares y la contratación de mil 800 trabajadores. Entre 2016 y 2040 generará unos cinco mil 558 millones de dólares por concepto de renta petrolera, según estimaciones oficiales.
La primera fase de desarrollo de los campos implica tres pozos, con una profundidad de cinco mil 600 metros; una planta de tratamiento de gas y 100 kilómetros de ductos de exportación.
El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Guillermo Achá, firmó con directivos de las empresas Total E&P Bolivie, Gazprom y Tecpetrol un convenio para ampliar a una segunda fase el proyecto que involucra tres pozos adicionales.
Para dentro de cuatro años el yacimiento debe aportar otros 6,7 MMmcd, lo que lo convertirá en uno de los más grandes de América del Sur.
Incahuasi agrupa los bloques Aquío e Ipati, operados por la empresa francesa Total E&P Bolivie (50 por ciento), la rusa Gazprom (20 por ciento), la ítalo-argentina Tecpetrol (20 por ciento) y YPFB Chaco (10 por ciento).
En la ceremonia inaugural se encontraban presentes el presidente de Gazprom, Alexey Miller; el vicepresidente de Total E&P Bolivie, Michel Hourcard; al igual que altos ejecutivos de Tecpetrol, junto a autoridades nacionales y departamentales bolivianas.
Durante su discurso, el jefe de Estado consideró una bendición contar con un yacimiento así, con reservas estimadas en casi dos trillones de pies cúbicos, lo que permite considerarlo un megacampo.
Por ello, dijo, las regalías derivadas de su explotación no pueden ser motivo de discordia entre los departamentos, pues como mismo ocurre con la minería, 'ahora tenemos otro recurso natural para beneficio de todo el pueblo boliviano'.
Autoridades del departamento de Chuquisaca están en contra de un informe que realizó la consultora canadiense GLJ Petroleum Consultants, a pedido de YPFB, y que afirmó que el megacampo gasífero Incahuasi se encuentra en un cien por ciento en territorio de Santa Cruz.
Morales argumentó que la obligación del Estado es continuar con la exploración, sobre todo en departamentos no tradicionales de producción de gas.
La celebración en noviembre de 2017 en Santa Cruz de la Sierra de la IV Cumbre del Foro Países Exportadores de Gas confirma la relevancia adquirida por el país altiplánico en el mapa energético global.
A juicio de Seyed Mohammad Hossein Adeli, secretario general del Foro, la coyuntura actual marcada por los bajos precios del gas y el petróleo a nivel mundial, harán que los ojos del mundo miren hacia Bolivia para ver los resultados que emanarán de esta reunión.
El Foro de Países Exportadores de Gas controla el 42 por ciento del suministro mundial, el 70 por ciento de las reservas probadas y el 40 por ciento del abastecimiento a través de gasoductos, precisan fuentes oficiales.
Los miembros plenos de la agrupación son Rusia, Irán, Qatar, Argelia, Bolivia, Egipto, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria, Trinidad y Tobago, Venezuela y Emiratos Árabes Unidos.
Dos de los mandatarios que confirmaron su asistencia al cónclave son el ruso Vladimir Putin y el iraní, Hasán Rohani.
FRUTOS DE LA NACIONALIZACIÃ'N
Con la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de 2006, el gobierno de Morales no solo sentó soberanía sobre las riquezas mineras nacionales -antes en manos de trasnacionales-, sino que comenzó una política de distribución equitativa de las ganancias y un impulso a la industrialización del país.
Baste comparar que durante el período de gobiernos neoliberales (1985-2005) el país acumuló apenas cuatro mil 500 millones de dólares por concepto de renta petrolera. En 10 años de gestión del Movimiento al Socialismo (MAS), esa cifra se elevó a 31 mil 500 millones de dólares.
Tales dividendos, según informes oficiales, fueron redistribuidos de manera equitativa para aminorar las desigualdades sociales; y son la base de importantes programas sociales para beneficiar grupos vulnerables como niños (Bono Juancito Pinto), embarazadas (Bono Juana Azurduy) y ancianos (Renta Dignidad).
Aun así, el gobierno encabezado por el primer mandatario indígena del país aspira a más y proyecta con luz larga convertir a Bolivia en el corazón energético de Suramérica.
Las autoridades prevén invertir en la próxima década más de 30 mil millones de dólares en el sector de los hidrocarburos y energía.
Entre los proyectos priorizados están las actividades de prospección de nuevas fuentes de hidrocarburos, a fin de elevar la producción de gas natural a alrededor de 80 MMmcd para 2020.
Según el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, la cartera de programas de exploración contempla más de 60 proyectos, entre ellos, Río Grande, Boquerón, La Peña-Tundy, El Dorado, Carohuaicho, Yarará y Aguaragüe Norte.
También, como parte de esta estrategia, las autoridades buscan potenciar a Santa Cruz, el departamento más extenso de Bolivia, como un importante polo productor de energía.
En declaraciones a Prensa Latina, Herland Soliz, secretario de Energía, Minas e Hidrocarburos del departamento, comentó que la recién estrenada Incahuasi aumentó en el 65 por ciento la obtención de gas en el territorio.
Hasta hace poco aportábamos 10 MMmcd del recurso; y ahora representamos cerca del 25 por ciento de la producción gasífera nacional. Eso significa más ingresos para gobernaciones, municipios, universidades y al mismo tiempo más desarrollo para el pueblo cruceño, puntualizó Soliz.
En otra parte de su diálogo, el funcionario explicó que el territorio priorizará también la generación de energía eléctrica mediante sus importantes reservas acuíferas.
Se refirió de manera específica al proyecto hidroeléctrico Rositas, que estará listo para 2020 con una inversión de mil millones de dólares.
Actualmente generamos el 45 por ciento de la energía eléctrica de Bolivia, unos 880 megawatts por hora (MW/h) de los algo más de mil 800 MW/h que se producen en todo el territorio nacional.
Para 2024, buscamos distribuir desde Santa Cruz el 65 por ciento de la electricidad, explicó.
La Agenda de desarrollo nacional con motivo del bicentenario de la independencia en 2025 tiene previsto que en toda la Cuenca del Río Grande (Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca), serán instaladas ocho plantas hidroeléctricas como Rositas, La Pesca, Peña Blanca, Ocampo y la Asunta, entre otras, las cuales generarán en su conjunto tres mil MW/h.
En la próxima década, la estrategia nacional apunta a incrementar el potencial de generación del país, destinar la mayor parte de esa electricidad a la exportación, pero también respaldar los planes de industrialización y acceso del servicio del cien por ciento de los hogares y comunidades.
Mientras Bolivia concreta tal estrategia, Incahuasi -voz quechua que significa casa del inca- desafía al tiempo con su torre llameante y alumbra los sueños de paz y armonía defendidos durante siglos por comunidades campesinas y originarias.
Sus incontables kilómetros de tuberías, afincados en un terreno agreste, extraen como savia el gas natural, combustible con el cual el pueblo boliviano busca construir un país más equitativo y próspero.
* Corresponsal de Prensa Latina en Bolivia.