De ahí la importancia de eventos como el VI Congreso de Petróleo y Gas (Petrogas 2017), cuyas sesiones iniciaron este miércoles y se extenderán hasta el próximo viernes en el Palacio de Convenciones de La Habana, con la presencia de directivos, representantes y expertos del sector de varias nacionalidades.
"La estrategia cubana es concentrarnos más en la zona que nos produce petróleo todos los días, que es menos riesgosa, y otras áreas que requieren estudios más completos y costosos, abrirlos a la inversión extranjera", comentó a Xinhua, Osvaldo López.
Para el jefe de exploración de Cupet, urge realizar una campaña en aguas profundas y ultra profundas donde hay prometedoras evidencias de cuantiosas reservas de petróleo, puntualmente en los 59 bloques en los que está dividida la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México.
"Estamos estimando por los datos que tenemos hoy, por la cartografía de las oportunidades costa afuera que se ha hecho y aquellas áreas que estamos viendo, que pueda haber alrededor de 15.000 millones de barriles de recursos extraíbles en esa parte", consideró López.
El geólogo caribeño precisó que en la actualidad, para sustentar y hacer más viables esos trabajos en un futuro cercano, se realiza una investigación sin precedentes en la historia exploratoria de este país.
Más de 25.000 kilómetros de sísmica 2D en todos los mares alrededor de la isla se llevan adelante por la reconocida empresa china BGP, la cual presta servicios en adquisición, procesamiento e interpretación de datos para la posterior evaluación de compañías interesadas en participar en proyectos de exploración petrolera costa afuera.
"Se está haciendo con una longitud de cable de 12 kilómetros, eso nos va a permitir que la profundidad de investigación sea grande, y se ha diseñado porque hemos identificado en la zona cubana del Golfo un enorme potencial petrolero", expresó.
"Los datos de esta campaña van a estar completamente listos para comercializar a mediados del año 2018", agregó.
López recordó que en 2012 se perforaron en dicha área cuatro pozos exploratorios hasta el cretácico superior (hace alrededor de 60 millones de años y período donde se formó más del 50 por ciento de las reservas mundiales de petróleo), con el propósito geológico de buscar analogías regionales, particularmente con México en cuya cuenca se produce a esos niveles.
Los estudios descubrieron discretas manifestaciones de crudo que no alcanzaron carácter comercial, pero revelaron que el hidrocarburo cubano corresponde a etapas anteriores, específicamente al jurásico superior (más de 150 millones de años).
"Quiere decir esto que las próximas campañas exploratorias y de perforación que se hagan, tienen necesariamente que ser concluidas con pozos más profundos que nos permitan llegar a esos niveles del jurásico donde sabemos que se está generando hidrocarburos", apuntó.
El experto señaló que más del 80% de las aguas internacionales cubanas son profundas y ultra profundas.
Ello implica que la mayoría de los pozos que se diseñen tendrán una lámina de agua de más de 1.500 metros, para luego perforar otros 3.000 metros debajo del lecho marino, lo cual tiene un costo actual de entre US$200 y US$250 millones.
Una inversión que sólo se puede acometer con el concurso de grandes compañías petroleras conscientes de los riesgos y también de los ulteriores beneficios.
En febrero último, la empresa operadora Melbana Energy de Australia ratificó su interés de emprender la explotación del Bloque 9 de los 45 en que está segmentado el país en aguas y tierras someras, tras la firma de un contrato de producción compartida con la estatal local Cupet.
El bloque se encuentra en la costa norte de Cuba, a unos 140 kilómetros al este de La Habana y de acuerdo con Peter Strickland, director general de la compañía, existe un potencial de exploración para aproximadamente 600 millones de barriles que se prevé comenzar a perforar en 2018.
Como Melbana, otras importantes firmas están presentes en la isla y siguen apostando por un futuro promisorio del sector, tal es el caso de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la Sociedad Nacional de Combustibles de Angola (Sonangol) y Sherritt de Canadá.
Aunque se precisa el concurso, la inversión y la pericia de otras tantas para cumplir con la meta planteada por el gobierno de la Mayor de las Antillas de reducir su dependencia externa de hidrocarburos y satisfacer el 100 por ciento de la demanda nacional con crudo extraído y producido en el país.
Hoy día Cuba extrae diariamente 45.000 barriles de petróleo y más de 3 millones de metros cúbicos de gas, recursos que son utilizados casi en su totalidad para generar electricidad.
Datos oficiales indican que al cierre del año 2016, el 15% de la energía que se generó en la nación caribeña fue a partir del uso del gas natural y el 45% del crudo local.
Estos hidrocarburos provienen de una franja petrolera ubicada en el occidente de esta nación, entre las provincias de La Habana y Matanzas, de 150 kilómetros de largo y unos 15 de ancho desde la línea de costa hacia el norte.
"Como esta zona ha tenido ya una explotación de 45 a 50 millones de años, realmente todas aquellas zonas dentro de esta franja que están cercanas a la costa ya han sido explotadas y la producción ha tenido tendencias en los dos-tres últimos años a decaer", advirtió Osvaldo López.
En tanto, la demanda energética en la isla aumenta, por lo que se requieren nuevos descubrimientos que el directivo de Cupet estima se produzcan en los próximos tres años.