Rystad Energy estima que la producción de esquisto de Estados Unidos aumentará en 100.000 barriles por día (bpd) cada mes durante el resto del año y en 2018 si los precios del crudo se mantienen alrededor de US$50-US$55 por barril, bien por encima de las proyecciones de la gubernamental Administración de Información de Energía de ganancias mensuales de unos 29.000 bpd en 2017 y 57.000 bpd en 2018.
"Vemos un riesgo de un precio del petróleo más débil hacia el final del año (...) porque el esquisto está entregando mucho crudo y la OPEP podría contraatacar", comentó Jarand Rystad a Reuters a principios de esta semana.
Los sólidos retornos en el sector del esquisto están atrayendo nuevas inversiones, mientras que el bombeo durante las 24 horas del día y la perforación de nuevos yacimientos están impulsando la producción, afirmó.
El rápido crecimiento del bombeo de esquisto se está uniendo al dilema que enfrenta la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y productores ajenos al cartel como Rusia, que evalúan si extienden sus recortes de producción en la segunda mitad del año o si incrementan sus volúmenes en un intento por recuperar cuota de mercado.
"Habría una guerra de volúmenes si no amplían los recortes de producción y vuelven a producir en todos los yacimientos", dijo Rystad, en referencia a los pozos que han sido cerrados por mantenimiento mientras los productores de Oriente Medio cumplen con las cuotas acordadas de bombeo.
En todo caso, lo más probable es que un alza de la producción en Oriente Medio afecte más a las cuencas maduras el Sureste Asiático y al Mar del Norte británico más que a los productores de esquisto estadounidenses por sus altos costos de inversión, dijo Andrew Latham, analista global de exploraciones de Wood Mackenzie.