1. La obtención de financiamiento mediante la reapertura y colocación de dos bonos vigentes de referencia, a plazos de 10 y 30 años. Los rendimientos que pagarán al vencimiento serán de 5.75% y 6.90%, respectivamente.
2. La recompra de bonos con vencimientos en 2018 y 2019, disminuyendo así el monto de amortizaciones de deuda que Pemex debe realizar en estos años.
Pemex logró colocar así un monto de 5 mil millones de dólares, habiéndose registrado una demanda cercana a los 15 mil millones de dólares. Los agentes colocadores fueron BBVA Bancomer, HSBC Securities (USA) Inc., JP Morgan y Santander. Se contó principalmente con la participación de inversionistas de Estados Unidos y Europa.
Con parte de esos recursos obtenidos, Pemex recompró bonos que tenían vencimiento en los próximos dos años, lo que reduce sus compromisos de pago de deuda en ese periodo. El monto fue por aproximadamente mil 742 millones de dólares. De esta manera, la empresa extiende la vida promedio de su portafolio de bonos en dólares en 1.1 años, disminuyendo significativamente sus necesidades de refinanciamiento.
Pemex tiene ahora total disponibilidad de sus líneas de liquidez bancarias. El monto agregado de estas líneas equivale a 1.6 veces los vencimientos de deuda en 2018. Como ventaja adicional, la empresa también podría recurrir a los mercados financieros nacionales e internacionales para incrementar su flexibilidad financiera.
En un entorno de volatilidad en los mercados, particularmente en los precios de energéticos, esta operación refleja la confianza de los inversionistas en el rumbo que está tomando Petróleos Mexicanos con base en su Plan de Negocios 2017-2021 y en la materialización de la Reforma Energética. La positiva respuesta de los mercados a la estrategia financiera de Pemex así como la reciente modificación de perspectiva negativa a estable que hizo Standard & Poors del riesgo crediticio y de deuda de la empresa, reconocen lo que la actual administración ha venido realizando para fortalecer su situación financiera. Ello también ha permitido reducir a la mitad el diferencial entre la tasa de interés de la deuda de Pemex y la del gobierno federal en aproximadamente en 200 puntos base.