El grupo francés Total calcula que la demanda global de petróleo crecerá un 31 % entre 2010 y 2035, lo que significa un ritmo de incremento medio del 1,1 %, explicó hoy su presidente, Christophe de Margerie.
Los combustibles fósiles reducirán su peso relativo en el aprovisionamiento energético en favor de las renovables, en particular la solar y la eólica, pero seguirán representando un 74 %, señaló De Margerie en la clausura de la décimo quinta edición de la llamada Cumbre Internacional del Petróleo de París.
También aventuró que el gas se convertirá en la segunda fuente energética antes de 2030 y que la cuota de mercado de la nuclear se mantendrá estable.
"Tenemos que seguir creciendo y de forma más limpia", señaló el ejecutivo de la multinacional francesa, que insistió en los esfuerzos que debe hacer la industria petrolera para minimizar el impacto medioambiental de sus actividades, pero también que junto a esa obligación está la de "llevar más energía a nuestros clientes".
También hizo hincapié en la necesidad de que los precios se mantengan a un nivel que permitan rentabilizar las inversiones que cubran la demanda futura.
"Es imposible invertir si el precio baja demasiado", advirtió, después de puntualizar que "nadie puede felicitarse" de las crisis en países productores como Iraq y Libia, ni de sus efectos sobre la cotización del barril.
El presidente de la compañía Saudi Aramco, Jalid al Falih, estimó por su parte que de los 92 millones de barriles diarios que se consumen actualmente en 25 años se pasará a unos 115 millones de barriles al día, debido al aumento de la población, de la urbanización y del poder adquisitivo de cientos de millones de personas en el mundo en desarrollo.
Al Falih señaló que para responder a esa evolución de la demanda harán falta inversiones de 10 billones de dólares en el próximo cuarto de siglo en el sector petrolero, y que eso exige que los precios del crudo sean "suficientemente sanos".
El ejecutivo saudí puso el acento en que no sólo la explotación de los yacimientos no convencionales (como los esquistos) son mucho más caros, sino que las cargas también suben para pozos convencionales como la mayor parte de los que tiene Saudi Aramco.
El presidente de la sociedad dio cuenta de su estrategia de realizar inversiones en grandes complejos de refino y petroquímicos para conseguir un mayor valor añadido de su materia prima, el crudo.
Precisó que esas plantas deben ser de grandes dimensiones y estar situadas cerca de los mercados que aprovisionan, en particular los asiáticos (China, India, Corea del Sur) u Oriente Medio.