El futuro del mapa petrolero global está en discusión, sobre todo a partir de la posible salida a los mercados internacionales del crudo norteamericano, una situación que hubiera parecido impensable en los últimos 20 años.
Las especulaciones se acumulan, sobre todo cuando aparecen posibles nuevos jugadores en el negocio de la energía -se habla del petróleo y el gas no convencional de China y de Argentina-, pero también cuando recrudecen conflictos en Medio Oriente y el Este de Europa, donde a nadie se le escapa que la cuestión de estrategias económicas están en juego.
El sitio web de la revista Forbes publicó en las últimas horas declaraciones de Fatih Birol, economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), dependiente de la OCDE, donde el experto relativizó la posibilidad de que el Medio Oriente deje de ser un lugar estratégico en cuanto al petróleo en el corto plazo, pero advirtió sobre grandes cambios.
En una conferencia en Londres, Birol indicó: "el mundo necesitará el petróleo de Medio Oriente por muchas décadas; de todos modos, los flujos de comercio y la estructura de las políticas energéticas verá cambios fundamentales en el caso de varios países, incluyendo a los Estados Unidos".
En ese contexto, Birol afirmó que "el impacto de la revolución del petróleo no convencional de Estados Unidos se extiende más allá de lo que son los barriles físicos de petróleo: su influencia impacta en el panorama global de la energía, la economía y la geopolítica".
"Los importadores se están volviendo exportadores y los exportadores se están convirtiendo en mayores centros de demanda", subrayó.
En ese contexto, se suman las predicciones que indican que Estados Unidos se dirige a convertirse en un exportador de petróleo, para lo cual deberá modificar regulaciones internas que datan de 1975.
El puntapié inicial lo dio en las últimas semanas el Departamento de Comercio nortemaericano, que autorizó a dos empresas -Enterprise Products Partners LP and Pioneer Natural Resources Co.- a exportar petróleo proveniente de la producción no convencional.
La agencia internacional Bloomberg evaluó recientemente en base a fuentes del mercado que la presión hacia la Casa Blanca para que reduzca sin prisa pero sin pausa las prohibiciones a la exportación de petróleo aumentarán.
Difícilmente el pasaje de Estados Unidos de importador a exportador se dé en forma abrupta y a través de una sola normativa.
De alguna forma, la situación hace recordar al derribo de las normas que implicaban regulaciones a la industria financiera, en las décadas del 60, 70 y 80: no se dio de un día para el otro pero de manera incremental y siempre en el mismo sentido.
Qué impactos tendrá la salida al mercado del petróleo norteamericano todavía está en discusión, pero parece ser un hecho de cara a los próximos años.