EEUU está muy cerca de controlar el mercado de petróleo

By  Javier Montoya* - Expansión (España) Oct 02, 2014

Estados Unidos acaba de convertirse en el mayor productor del mundo de petróleo, y hace ya tres años que es el mayor productor de gas. Su capacidad de producción no sólo le ha proporcionado la independencia energética sino que también ha influido en su política internacional, sobre todo en lo que atañe a los países de Oriente Medio.

Con anterioridad a la irrupción del Estado Islámico en la esfera internacional, con su agresiva ofensiva en los territorios de Iraq y Siria, EEUU había reducido su presencia directa en Oriente Medio. Su política exterior había cambiado tras la toma de poder de Obama, manteniendo la influencia pero desde la distancia.

Este cambio de estrategia se encontraba respaldado por un factor económico fundamental. EEUU había reducido significativamente su dependencia del crudo árabe, por lo que su labor como policía de la zona, manteniendo la estabilidad del mercado de petróleo, cada vez era menos necesaria.

Los datos no pueden ser más concluyentes. Sólo el Estado de Texas ya está produciendo más crudo que todo México. EEUU producía cinco millones de barriles de petróleo en el año 2008, desde entonces es el país que más ha incrementado su producción gracias al desarrollo de los campos de “arenas bituminosas” localizados en Texas y Dakota del Norte.

En el año 2104, EEUU ya ha rebasado a Rusia y a Arabia Saudí en volumen de producción, con lo que se ha convertido en el mayor productor del mundo. Esto consolida su liderazgo mundial en la producción de hidrocarburos, toda vez que hace tres años ya se confirmó como el mayor productor de gas natural y en el año 2013 ocupó el primer lugar en la producción de derivados.

Si el Estado de Texas fuera un país, sería uno de los diez mayores productores del mundo. Los tres millones de barriles diarios que extrae suponen un 25% más de la producción total de México, que es considerado como uno de los grandes abastecedores fuera de la zona de Oriente Medio.

Todo beneficios
Las consecuencias de este liderazgo energético son tremendamente favorables para el país: EEUU ha reducido la dependencia del mercado internacional de hidrocarburos; ha disminuido sustancialmente el riesgo de que se produzcan crisis energéticas como las vividas en el pasado; ha restado influencia internacional a los países productores más inestables; y se ha garantizado unos costes energéticos muy bajos que le permiten ser mucho más eficiente.

Es precisamente la reducción de los costes energéticos un factor fundamental para la reindustrialización de la economía estadounidense, que había desplazado la producción hacia países con menores costes laborales pero mayor inestabilidad política y económica.

La reducción de la factura energética permite a las empresas del país volver a producir dentro de EEUU, lo cual podría significar un importante cambio en el mapa mundial de la producción industrial.

EEUU ha conseguido cambiar la balanza de poder con los mayores países productores de crudo, sobre todo con aquellos gobiernos inestables o que se han mostrado abiertamente antioccidentales.

Las concesiones políticas y económicas hacia esos países serán mucho menos importantes en el futuro, puesto que la utilización del petróleo como elemento de presión hacia occidente ya no es tan relevante.

El mercado energético entra en una nueva era donde el control de los recursos, la producción y los precios ya no estará exclusivamente en manos de la OPEC.

*Javier Montoya es analista de Alpha Plus

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