El oficialismo se disponía anoche a darle media sanción al proyecto que reforma la Ley de Hidrocarburos vigente (al cierre de esta edición el debate continuaba en el recinto) y que busca atraer más inversiones en medio de una crisis energética que sacude las cuentas públicas. Sin demasiadas sorpresas (la oposición ya había adelantado el rechazo a la iniciativa oficial), el texto que discutían los legisladores fue prácticamente el mismo que el que obtuvo dictamen la semana pasada en Comisión, con una salvedad.
Durante toda la tarde se negoció entre legisladores del Frente para la Victoria, el Poder Ejecutivo, directivos de YPF y autoridades de la provincia de Chubut, una modificación clave referida a las explotaciones offshore (costa afuera). El tironeo giró en torno a los beneficios que percibirán las empresas que impulsen este tipo de emprendimientos. La semana pasada, en el dictamen que logró el kirchnerismo surgió a último momento un cambio que fue impulsado por el gobierno de Martín Buzzi y de Pan American Energy (PAE), de los hermanos Bulgheroni. En concreto, se había alterado en el artículo 19 la definición de la explotación offshore y, con ello, los incentivos que percibirían. A partir del miércoles pasado, el documento definió como concesión costa afuera a toda la explotación hidrocarburífera más allá de la línea de costa. El texto original, en cambio, precisaba que los pozos en el mar tendrían que tener al menos 90 metros de profundidad entre el lecho marino y la superficie. Estos proyectos eran alcanzados por el beneficio de exportar hasta el 60% de la producción. El cambio beneficiaba, sobre todo, a PAE que tiene en carpeta varias iniciativas cerca de la costa (menores a 90 metros) en Comodoro Rivadavia.
Por presión de YPF ayer se volvió al artículo original, introduciendo una solución que algunos definieron como salomónica. Todo proyecto de explotación costa afuera que no supere los 90 metros de profundidad obtendrá los beneficios, según corresponda, de los proyectos de explotación convencionales o no convencionales. Es decir, podrán exportar hasta el 20% de su producción y a partir de los 90 metros, el incentivo seguirá siendo de 60%.