El empresario brasileño Eike Batista cedió a los acreedores el control de la compañía Oleo e Gas Participacoes (OGP), como la petrolera OGX fue bautizada tras acogerse a la ley de quiebras, según se dio a conocer hoy.
De esta forma, el exmultimillonario consiguió librarse de una deuda contraída con el mercado de 13.800 millones de reales (unos 5.600 millones de dólares), de acuerdo con un comunicado remitido por OGP a la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM).
La acción estaba prevista en el plan de recuperación judicial presentado por la petrolera en febrero y, tras la reestructuración, los papeles de la compañía volverán a ser negociados en el índice Ibovespa, principal indicador de la bolsa de Sao Paulo, aunque la fecha todavía no fue definida.
Según el documento de OGP, "tal paso hará viable la manutención y el crecimiento de las actividades y operaciones del Grupo OGX".
La compañía, la más emblemática de Eike Batista, fue creada en 2007 cuando el entonces séptimo hombre más rico del mundo ganó los derechos para explorar 21 áreas petroleras en Brasil.
Sin embargo los problemas financieros del grupo surgieron en 2012, cuando la compañía admitió que la producción prevista para el hasta entonces prometedor yacimiento de Tiburón Azul sería muy inferior a la calculada debido a dificultades técnicas para extraer el petróleo.
La delicada situación de OGX arrastró a otras compañías del conglomerado EBX, como la empresa de construcción naval OSX, que el pasado año convocó el inicio de un proceso de concurso de acreedores.
Esta semana, una subsidiaria de la minera MMX, MMX Sudeste, también anunció que presentó un pedido de recuperación judicial, una medida que, según la empresa, fue necesaria "debido a la situación económico financiera de la compañía".