En 1971, el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano se preguntaba: “¿Que sería del imperio [haciendo referencia a Estados Unidos] sin el petróleo de América Latina?”. Hoy, 46 años después, el interrogante es a la inversa. La primera economía del mundo ya exporta mucho más derivados del oro negro de los que compra al sur de la frontera. El cambio se produjo en octubre de 2016, cuando el país norteamericano registró un superávit comercial de más de 80.000 barriles diarios de hidrocarburos, que llegó a ampliarse en diciembre a más de 335.000 barriles, según las cifras de la Oficina de Información de Energía estadounidense (EIA).