Los inhibidores de corrosión (filmógenos) y de incrustaciones funcionan sobre el principio de adsorción. En esta nota revisamos este principio aplicado a la funcionalidad de los citados dos tipos de inhibidores.
Mientras que la adsorción es un fenómeno de superficie: adhesión de moléculas de líquidos, gases y sustancias disueltas a la superficie de sólidos, la absorción es un fenómeno de profundidad: las moléculas entran al seno del líquido absorbente. El carbón activado, debido a su gran área superficial (superficie específica) (m2/g) y su naturaleza porosa es capaz de adsorber grandes volúmenes de gas.
Su selectividad hace que sea efectivo, por ejemplo para máscaras de seguridad porque deja pasar aire y retiene vapores de hidrocarburos. La adsorción ocurre también en solución, muchas partículas coloidales pueden, en solución, quedar adsorbidas a un sólido en lugar del solvente. El carbón activado puede retener colorantes de soluciones sin retener solvente.
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