Cuando la temperatura del petróleo cae, la solubilidad de las fracciones pesadas disminuye y comienzan a precipitar en forma de pequeños cristales sólidos. Si la temperatura disminuye aún más, la cantidad de sólidos precipitados se incrementará de manera importante y al encontrar una superficie donde puedan adherirse como en equipos e instalaciones de producción y recolección de hidrocarburos, va a dar comienzo a la depositación y esto provoca la reducción en la producción hasta el cierre del pozo. Las pérdidas económicas debido a la precipitación de la parafina en la explotación y transporte de hidrocarburos, es de millones de dólares al año. Actualmente, ya se tiene un mayor conocimiento de su problemática pero no existe un método universal para atacar este problema pues cada pozo es diferente y lo que resultó ser bueno para uno puede ser muy dañino para otro aunque sea el mismo yacimiento.