Moscú y Kiev reanudan este domingo sus negociaciones sobre el gas para evitar un corte inminente de suministro muy temido en Europa, durante una jornada de duelo nacional en Ucrania por el derribo de un avión militar en el este separatista que causó 49 muertos.
La reunión tripartita entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea se celebrará este domingo a partir de las 16H00 GMT en Kiev, anunció Naftogaz, la empresa ucraniana de gas.
Estarán el ministro ucraniano de Energía, Yuri Prodan, los presidentes del grupo ruso Gazprom y de Naftogaz, y el comisario europeo de Energía, Günther Öttinger. El sábado ya se reunieron en Kiev, pero sin resultado.
Gazprom dio un ultimátum hasta el lunes para que Ucrania le pague 1.950 millones de dólares de facturas de gas pendientes. De lo contrario, Rusia ha advertido que pasaría a un sistema de prepago que implicaría un corte de suministro.
Un eventual corte afectaría de pleno a la Unión Europea. Ésta depende en un 30% del gas ruso, y la mitad transita por Ucrania.
Las negociaciones se celebran en un contexto extremadamente tenso después del ataque de los rebeldes prorrusos en Lugansk (este de Ucrania), que el sábado provocó la muerte de 40 paracaidistas y de los nueve miembros de la tripulación del avión derribado.
Este ataque cerca del aeropuerto de Lugansk aleja las esperanzas de una desactivación de la crisis, creadas con los contactos estos últimos días entre Kiev y Moscú.
El ataque más mortífero desde el lanzamiento en abril de una operación militar ucraniana en el este separatista provocó reacciones internacionales y protestas en el país.
En Kiev, una manifestación de unas 300 personas terminó con el lanzamiento de un cóctel molotov contra la embajada rusa, donde se volcaron vehículos diplomáticos, se lanzaron huevos y se descolgó la bandera rusa.
Los bomberos sofocaron rápidamente el fuego originado en una pared de la representación diplomática, y los ministros de Interior y de Relaciones Exteriores acudieron al lugar para intentar calmar los ánimos.
Rusia protestó el sábado por la noche y denunció la pasividad de la policía ucraniana frente a estas "acciones provocadoras", mientras que Estados Unidos condenó el ataque e instó a Kiev a respetar la Convención de Viena que obliga a garantizar la seguridad de los edificios diplomáticos.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, prometió una "respuesta adecuada" contra los separatistas prorrusos por el derribo del avión militar.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, pidió el sábado al secretario de Estado norteamericano John Kerry a que use "su influencia" para que Ucrania cese su operación militar contra los separatistas prorrusos en el este del país.
El ejército de Estados Unidos afirmó el viernes que Rusia había suministrado tanques y lanzacohetes a los insurgentes prorrusos en el este de Ucrania a través de la frontera común.