El conflicto entre países occidentales más significativo de la década de los 80 continúa muy vivo 32 años después. Mientras las disputas por las Malvinas se suceden cada breve periodo de tiempo, esta semana la ONU ha publicado una nueva resolución en la que llama a Argentina y a Reino Unido a negociar para resolver la disputa sobre la soberanía de las islas.
No obstante, el desencuentro ha traspasado en los últimos meses la esfera diplomática para instalarse en el campo energético, y es que desde 2010 Reino Unido ha potenciado la explotación de las reservas de gas y petróleo en los alrededores de las islas. El hecho de que las Islas Malvinas se encuentren dentro de la plataforma continental legitima según los argentinos, la expropiación de sus recursos.
EXPLORACIONES PETROLÍFERAS
El gobierno europeo aseguró "apoyar de manera rotunda el derecho de los isleños de las Falkland, como se conoce a las Malvinas en Reino Unido, a desarrollar sus recursos naturales para su propio beneficio económico", una actividad en estas islas que se encuentran a unos 480 kilómetros de la costa argentina. Unas actividades regidas, según Reino Unido, por la legislación del territorio y en línea con las normas de Naciones Unidas.
Una actividad a la que el gobierno de Fernández de Kirchner reaccionó con la aprobación de una ley a finales de 2013 que considera sanciones criminales a lo que describe como "exploración ilegal" de hidrocarburos en la plataforma continental del país sudamericano.
Además, la controvertida ley considera "penas de prisión de hasta 15 años, multas equivalentes al valor de 1,5 millones de barriles de petróleo, la prohibición de que personas y compañías operen en Argentina y la confiscación de equipos y cualquier hidrocarburo que haya sido extraído de forma ilegal".
Una ley que fue tachada en una protesta formal de Londres de "táctica de intimidación", aparte de "un intento por estrangular la economía de las Falkland Islands". El secretario de Estado del Ministerio de Exteriores británico Mark Simmonds acusó al Gobierno argentino de reavivar el conflicto territorial con esta legislación sobre hidrocarburos de cara a las elecciones presidenciales de 2015.
LA ONU INSTA A DIALOGAR
En las últimas semanas se ha reavivado el cruce dialéctico entre diplomáticos, con la ONU tratando de servir de mediador entre ambas partes. El ministro de exteriores argentino, Héctor Timerman, ha lamentado "continúen ignorando las 46 resoluciones del Comité y la Asamblea General de la ONU que llaman al diálogo"
"Oponerse al diálogo es negar al otro el derecho a expresar en forma pacífica su posición sobre una disputa. Oponerse al diálogo significa dejar sentada una posición de fuerza frente a la debilidad del que ha sido despojado", ha apostillado el ministro argentino.
El Gobierno británico rehúsa iniciar conversaciones y argumenta que el 99,8 por ciento de los habitantes de las islas votaron para permanecer bajo administración de Reino Unido en un referéndum en 2013.