La petrolera española Cepsa, cuyo 100% del capital está en manos del fondo soberano IPIC (International Petroleum Investment Company), de Abu Dabi, desde hace cinco años, ha recibido ya este año seis buques desde Irán y otros tres desde Estados Unidos, convirtiéndose en una de las pocas compañías, a pesar de su tamaño medio, en adquirir crudo en esos orígenes.
De hecho, el primer cargamento que salió de Irán rumbo a Europa llegó a la refinería de Cepsa en San Roque (Algeciras) el domingo 6 de marzo en el petrolero «Monte Toledo», con 274 metros de eslora y 48 de manga. Este buque es del tipo «Suezmax», que tiene la altura y el calado necesarios para poder atravesar el canal de Suez.
En Irán, estos petroleros cargan el crudo para Cepsa en Kharg Island, en el golfo Pérsico. Esta pequeña isla, de tan solo 24 kilómetros cuadrados, tiene la mayor terminal de crudo iraní para la exportación. Los buques, cargados habitualmente con un millón de barriles de petróleo, tardan unos 18 días en llegar a la refinería de Cepsa en San Roque (Algeciras) después de cruzar el golfo Pérsico, el de Omán, el mar Arábigo, dirigirse por el golfo de Adén –entre Yemen y Djibuti– al mar Rojo para cruzar el canal de Suez y salir finalmente al mar Mediterráneo.
Este petróleo iraní es medio-ligero y ácido y se utiliza fundamentalmente para obtener los carburantes tradicionales y lubricantes.
Como curiosidad se puede añadir que la carga de cada uno de estos grandes petroleros equivale al consumo, solo de carburantes, de aproximadamente un día y medio de la demanda total en nuestro país, que el año pasado fue de 4.646 millones de litros de gasolinas (4.306 millones de la de sin plomo de 95 octanos y 340 millones de la de 98 octanos) y de 21.772 millones de litros de gasóleo de automoción.
Extra ligero y dulce
Por su parte, el crudo que llega desde Estados Unidos tiene un camino más sencillo. Los petroleros emplean unos 16 días en llegar a San Roque (Algeciras) desde las terminales que hay en Houston (Texas). En este caso, es un petróleo extra ligero y dulce, por lo que se puede extraer de él gas, nafta y es parafínico. Para Cepsa es muy interesante por las parafinas y el queroseno, puesto que las tratan y producen benceno, que es la materia prima que en sus plantas petroquímicas usan para producir LAB, la base para la elaboración de detergentes.
Cepsa tiene en la península dos refinerías: la mencionada de San Roque y la de la Rábida (Huelva). La primera es más grande, con una capacidad de destilación de 12 millones de toneladas y una terminal para buques de hasta 350.000 toneladas.
Aunque esta compañía importa petróleo de una treintena de tipos diferentes (en el planeta hay 161 catalogados), los crudos de Irán y Estados Unidos son interesantes por «sus precios y rentabilidad en el proceso de refino. Es la principal política que seguimos en los aprovisionamientos», subrayan fuentes de la petrolera.
El vicepresidente y consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, recuerda que Irán ya fue hasta 2012 un buen cliente de esta compañía y su crudo llegó a sumar el 20% de todos los aprovisionamientos de la petrolera. Y explica que «lo único que hemos hecho ha sido desempolvar el contrato que estaba en vigor en 2012 y que fue suspendido por causas de fuerza mayor» al imponer EE.UU. y sus aliados unas duras sanciones al régimen iraní por su programa nuclear que impedía, entre otros, a los países europeos a comprar crudo a ese país del golfo Pérsico.
Ni dólares ni seguros
Miró destaca las dificultades que tuvieron que sortear para traer crudo iraní, ya que con el embargo internacional no podían pagar en dólares ni utilizar bancos norteamericanos. Tampoco había aseguradoras que quisieran contratar esos cargamentos y si había alguna, disparaba los precios de los seguros.
Según las estadísticas que maneja Cores, organismo del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, nuestro país ha importado este año, hasta el 31 de mayo, 0,557 millones de toneladas de petróleo de Irán (0,136 millones en marzo y 0,421 millones en abril). Los últimos cargamentos habían sido en 2012, concretamente en junio (0,409 millones de toneladas). Un año antes, las importaciones desde Irán habían sumado 7,493 millones de toneladas.
De las otras dos compañías con capacidad de refino en España, Repsol también ha recibido algún cargamento de Irán, mientras que BP no lo ha hecho, según ha confirmado a este periódico un portavoz de la compañía.
Mientras la importación de petróleo de Irán es algo que se esperaba, la novedad está en la decisión de Estados Unidos de volver a exportar crudo después de 40 años. A finales de 2015 el Congreso aprobó levantar la prohibición voluntaria que existía desde 1973 a raíz sobre todo del embargo de petróleo que pusieron en marcha los países árabes. El primer cargamento salió de la terminal de Corpus Christi (Texas) el mismo día de la pasada Nochevieja, operado por ConocoPhillips hacia Baviera (Alemania). Pocas horas después partió el segundo buque, operado por Enterprise, con destino a Marsella (Francia).
El consejero delegado de la petrolera ConocoPhillips, Ryan Lance, augura que las exportaciones de crudo de Estados Unidos alcanzarán los 2 millones de barriles diarios en 2020, cifra que supone el 20% de la producción actual de este país.
El principal motivo por el que EE.UU. ha vuelto a exportar petróleo es por el fuerte incremento de su producción gracias al «fracking», a la que hay que sumar las importantes cantidades de crudo que importa y que suponen casi el 40% de la demanda interna.
Locura inversora en Houston
Entre uno y otro motivo hay un exceso de petróleo en el país, por lo que las principales compañías del sector, como ExxonMobil, presionaron al Congreso para levantar la prohibición de exportar crudo, lo que ha provocado desde comienzos de año una locura inversora e industrial en el sur del país.
La empresa NuStar, que construye oleoductos, ha ampliado sus instalaciones en la terminal de Corpus Christi hasta los 400.000 barriles diarios. La canadiense Enbridge, que hasta 2008 fue un importante accionista de la española CLH, va a invertir unos 5.000 millones de euros en tres nuevas terminales petrolíferas entre Houston y Nueva Orleans para exportar petróleo estadounidense y canadiense. También está incrementando su capacidad de carga en Houston.
Los detractores a estas exportaciones afirman que la salida de crudo del país provocará un aumento de sus precios. En EE.UU. el precio medio actual de la gasolina es de 0,6 euros el litro, casi la mitad de lo que cuesta en España.