"Seguimos mirando en exploración y producción, y en química, alrededor de posiciones ya consolidadas ... y en mercados en los que ya estamos presentes", dijo el martes su director de estrategia, Héctor Perea, en un encuentro con periodistas, añadiendo que la actual coyuntura sigue complicando el cierre de operaciones.
Cepsa, una empresa eminentemente refinera, destinará el 23 por ciento de esos 4.000 millones a reforzar el área de química, donde lidera la producción mundial de varios productos, mientras que el "upstream" (exploración y producción) se llevará el 77 por ciento restante, con 730 millones de disposición flexible.
La compañía no quiso destapar sus cartas sobre inversiones menos convencionales como las relacionadas con la energía renovable y la eficiencia, aunque su vicepresidente y consejero delegado, Pedro Miró, dijo que entre sus obsesiones figuraba la química y el transporte, en un marco global que parece más comprometido con el medio ambiente.
No obstante, añadió que todavía no veía gran recorrido para el coche eléctrico en el corto plazo.
Ambos directivos de Cepsa, compañía que pertenece al fondo de inversión del gobierno de Abu Dhabi, confiaron en presentar un nuevo plan estratégico a 2030 a principios del año que viene.
Para este año, Miró dijo que veía el margen de refino de Cepsa en los 5,0-5,5 dólares por barril, frente a los 5,8 dólares del primer trimestre, mientras que el "upstream" seguirá penalizando la cuenta de resultados, aunque el impacto en los beneficios se irá atenuando. En el primer semestre, la previsión es que el resultado caiga un 20 por ciento frente el 35 por ciento que cayó en los tres primeros meses del ejercicio.