Por años, Venezuela planteó que el "precio justo" del barril de petróleo debía ser de US$100, pero tras el desplome de los valores internacionales, hace poco más de dos años, empezó a bajar sus pretensiones.
"Un precio a US$70 el barril sería un precio de equilibrio que ayudaría mucho a estabilizar las finanzas del mundo, la economía del mundo", dijo el mandatario socialista el martes en su programa semanal de radio y televisión.
"Un recurso finito de la humanidad debe tener su precio justo y no lo deben estar determinando cuatro commodities ni cuatro especuladores del mundo, ¡no!", agregó.
El ministro de Petróleo de Venezuela, Eulogio Del Pino, y la canciller, Delcy Rodríguez, están realizando una gira por miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros grandes productores, buscando concertar acciones para congelar la producción internacional.
Rusia, el mayor productor mundial de petróleo, dijo el lunes que está realizando consultas a Arabia Saudita y otros países para lograr el equilibrio del mercado petrolero y agregó que la puerta sigue abierta a más discusiones para congelar el bombeo si es necesario.
En la reunión que sostuvieron en abril, en Doha, los miembros de la OPEP y otros grandes productores como Rusia, no lograron ponerse de acuerdo para congelar la oferta e impulsar los precios.
En septiembre, los miembros de la OPEP se reunirán nuevamente, pero de manera informal.
Venezuela intenta dominar la inflación más alta del mundo, en medio de una recesión económica y férrea escasez de alimentos y medicinas que se han agudizado tras el desplome del barril de petróleo, su principal fuente de divisas.
El martes, dijo Maduro, el crudo local cerró en US$38,7