Eso se desprende de un reciente informe publicado por la Universidad de Columbia en Estados Unidos, en el que la analista venezolana Luisa Palacios advierte de una caída en la producción de petróleo crudo, el producto que constituye la enorme mayoría de las exportaciones del país.
atribuye esa caída, entre otras cosas, a la compleja situación financiera que enfrenta PDVSA, la petrolera estatal venezolana.
Lo que hace que hacia el futuro haya temores de que las exportaciones petroleras venezolanas vuelvan a caer, aumentando todavía más las dificultades financieras de la empresa y del país en su conjunto.
Palacios advierte en el estudio, publicado por el Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, que entre enero y junio de 2016 la producción petrolera anual del país había caído en casi 230.000 barriles diarios.
El informe, que cita datos oficiales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, manifiesta la tendencia negativa en la producción del crudo, que a su vez representa más del 90% de las exportaciones del país.
"Es una caída realmente impresionante, cercana al 8%. Para darse una idea, en los 17 años anteriores, desde 1998, la producción había caído en alrededor de 750.000 barriles, y ahora en solo un semestre ha caído casi la tercera parte de eso", le dice a BBC Mundo el también venezolano Francisco Monaldi, experto en política energética adscrito del Instituto Baker para las Políticas Públicas de la Universidad de Rice, en Houston.
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Por su parte, este miércoles PDVSA dijo en un comunicado de prensa que la producción de Venezuela en agosto llegó a "2.328.000 barriles diarios de petróleo crudo".
En el mismo comunicado, la estatal venezolana menciona una caída en la producción de gas natural, asegurando que "la variación negativa respecto al mes pasado en la producción de gas se debe al esfuerzo que se está desarrollando en el área norte del norteño estado Monagas para el mantenimiento de presiones en los yacimientos y la recuperación del gas de venteo".
BBC Mundo intentó obtener una reacción de PDVSA a los argumentos del artículo difundido por el centro de investigaciones de la Universidad de Columbia sobre la caída en la producción de crudo pero no había obtenido respuesta hasta el momento de la publicación de este artículo.
Un 2017 difícil
Luisa Palacios dice en su informe que para el año siguiente, de continuar la actual tendencia, existe el riesgo de una nueva caída pronunciada en la producción petrolera venezolana.
Por el momento, asegura la experta, las exportaciones no han sufrido tanto por la menor producción, pues la crisis económica generalizada ha hecho que también disminuya el consumo interno del combustible.
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Pero para 2017, Venezuela, que por décadas ha sido uno de los productores más importantes de crudo del mundo, enfrenta un panorama que podría traducirse en menos producción, menos exportaciones y aún más dificultades para esa nación, según advierte el informe de Palacios.
Consecuencias negativas
En la raíz del problema de la industria petrolera está la profunda y generalizada crisis que padece el país.
Venezuela ha sufrido numerosos tropiezos en su economía.
Por una parte está la caída pronunciada en los precios internacionales del petróleo.
La oposición argumenta que la mala administración de los recursos por el gobierno ha empeorado la situación.
Mientras que la Revolución Bolivariana insiste en que es víctima de una guerra económica de la burguesía y gobiernos extranjeros.
Sea cual sea la razón, las finanzas del país se deterioran, y eso está afectando la capacidad productiva del sector petrolero, asegura Palacios.
Problemas con proveedores
Luisa Palacios advierte que varias empresas que prestan servicios especializados cruciales a la estatal petrolera PDVSA, como la multinacional Schlumberger, están anunciando recortes en sus actividades en Venezuela pues argumentan que no les han pagado todas sus obligaciones.
También, dice Palacios, PDVSA podría tener dificultades para pagar el petróleo liviano que necesita comprar en el exterior para mezclar con su producto estrella, el crudo pesado de la franja del Orinoco.
"Si la empresa estatal no está pudiendo pagarle a las empresas de servicios como Schlumberger y a petroleras como BP el crudo liviano que usa como diluente para mezclar con los crudos pesados, si no puedes pagarle a los proveedores más esenciales, que son absolutamente necesarios, eso te asusta mucho", asegura Monaldi a BBC Mundo.
"El presidente de PDVSA ha hecho un esfuerzo para resolver estos problemas. Si ni siquiera con esa disposición, interés y entendimiento de la naturaleza estratégica de estas empresas, lo han podido hacer, eso da una idea de que el grado del problema de flujo de caja es de una severidad impresionante", añade.
No van a quebrar
El académico subraya las consecuencias más amplias que puede tener la situación de la petrolera estatal venezolana.
"PDVSA no va a quebrar, en el sentido de que la empresa tenga que cerrar. Lo que puede pasar es que continúe cayendo la producción o, en un caso severo de falta de caja, no pueda pagar su deuda externa, lo cual tendría implicaciones muy negativas porque PDVSA tiene activos en el exterior y sus envíos de petróleo a países como Estados Unidos se verían comprometidos", sostiene Monaldi.
"Si sigue cayendo la producción, eso va acelerar aún más la declinación de la empresa y del Estado venezolano, a menos que suba de manera considerable el precio del petróleo", agrega.
El experto añade que el presidente de PDVSA, Eulogio del Pino, ha prometido que en el segundo semestre empezará a mejorar la producción.
¿Pago con petróleo?
El informe de la Universidad de Columbia indica que PDVSA ha estado explorando maneras de cancelar deudas con sus acreedores concediéndoles derechos sobre la futura producción petrolera del país, de un modo similar a como actualmente el gobierno recibe préstamos de China garantizados con envíos futuros de crudo.
El presidente Nicolás Maduro ha destinado parte de la renta petrolera a programas sociales.
"Esto tiene la ventaja de que puede solventar en el corto plazo la situación, pero por supuesto hace que cada vez más producción de Venezuela esté comprometida hacia futuro", advierte Monaldi.
Tampoco parece que se vea factible en el corto plazo un escenario en el que la inversión privada desarrolle con mayor fortaleza la producción petrolera venezolana, ante los problemas del sector público.
"El gobierno ha intentado en los últimos tres años buscar maneras de atraer mayor inversión extranjera, pero no se ha atrevido a hacer cambios más estructurales, como cambiar las leyes" para facilitar esa inversión.
Monaldi argumenta que en el interior del gobierno parece haber discrepancias entre pragmáticos que están de acuerdo con facilitar más la participación privada en el sector petrolero para afrontar la crisis, y otros que insisten en mantener el actual nivel de control estatal sobre la industria.
Y entre tanto, la que los venezolanos consideran puede ser la solución a la crisis económica, la industria petrolera, está empezando en cambio a ser una de sus víctimas.