Tan sólo en septiembre, la producción de las petroleras rusas creció un 3,5 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado.
Los datos se difunden en pleno debate internacional sobre la necesidad de reducir la producción de crudo para al menos estabilizar los precios y evitar que caigan por debajo de los 50 dólares por barril.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alcanzó esta semana un acuerdo en este sentido, aunque en los próximos dos meses debe concretar los volúmenes de reducción.
El Gobierno ruso ha consensuado con sus petroleras que disminuir en un 5 por ciento la producción de crudo es una medida razonable para regular el mercado.
Junto con Venezuela, Rusia es uno de los países más afectados por la caída del precio del crudo, ya que sus ingresos alimentan en buena parte el presupuesto de este país.
El acuerdo de la OPEP -que se ha propuesto reducir en cerca de un millón de barriles de crudo la producción actual del cartel hasta dejarla en 32,5 millones de unidades diarias- debe ser refrendado el próximo 30 de noviembre durante la reunión formal prevista en Viena.