En su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE indicó que espera "más detalles" sobre las políticas energéticas que pretende llevar a cabo Trump a partir de su entrada en funciones para integrarlas en su edición de 2017 sobre el mercado a medio plazo.
La agencia, que reúne a los grandes países consumidores de energía miembros de la OCDE (el mayor de los cuales Estados Unidos) se centró en este informe en la futura reunión del día 30 que ha convocado en Viena la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con intención de fijar un techo a su extracción de crudo.
Y a ese respecto, su principal comentario es que para cumplir los objetivos avanzados de un máximo de producción en una horquilla entre 32,5 y 33 millones de barriles diarios, la OPEP tendría que ponerse de acuerdo sobre "recortes significativos" a la vista de que estima que en octubre el cártel petrolero produjo una cantidad récord de 33,83 millones de barriles diarios.
En octubre, la OPEP bombeó 230.000 barriles diarios más que en septiembre, sobre todo por la recuperación de la actividad en Nigeria y Libia, así como por Irak, que alcanzó un nuevo máximo histórico (4,60 millones de barriles), pero también porque Irán sigue acercándose a los niveles que tenía antes del periodo de las sanciones internacionales (3,75 millones).
Además, fuera del cártel también hubo un incremento del resto de los productores en 485.000 barriles diarios en octubre hasta 57 millones, y eso en particular gracias a yacimientos en el Mar del Norte, a Rusia y a Kazajistán.
La AIE considera que Rusia, que es actualmente el mayor productor mundial de petróleo, incrementará sus extracciones este año en 230.000 barriles diarios y que la tendencia actual llevará a un nuevo aumento de cerca de 200.000 barriles en 2017.
Si a eso se le añaden las expectativas de subida igualmente en Brasil, Canadá y Kazajistán, los países que no pertenecen a la OPEP subirán su aportación en 500.000 barriles diarios el año próximo, después de que en 2016 la hayan recortado en 900.000.
Por lo que respecta a la demanda, los autores del estudio no modificaron este mes sus previsiones, de forma que auguran que el mundo consumirá este año una media de 96,3 millones de barriles diarios, lo que significará un alza de 1,2 millones de barriles respecto a 2015, cuando la progresión había sido de 1,8 millones.
Para 2017, el ascenso será de nuevo de 1,2 millones, hasta 97,5 millones de barriles diarios.
La AIE consideró que no hay signos de que la actividad económica vaya a absorber más crudo y el estímulo que supuso un precio del barril por debajo de 30 dólares a finales de 2015 y comienzos de 2016 es algo pasado.
Por eso, una de sus principales conclusiones es que si no hay acuerdo en la OPEP y algunos de sus países siguen aumentando sus extracciones, continuará el exceso de oferta en el mercado con pocas esperanzas de que el precio del barril suba significativamente.
Es más, advirtió de que si esa situación persiste en 2017, hay riesgo de que los precios vuelvan a bajar.
La agencia recordó que su papel no es instar al sector a tomar una u otra decisión, y que se ha limitado a subrayar la necesidad de hacer las inversiones que permitan responder a la demanda para garantizar que el mercado está próximo del equilibrio.