El declive de los yacimientos convencionales existentes equivale a perder cada dos años la actual producción de Irak, lo cual constituye un "poderoso" estímulo para el actual nuevo equilibrio del mercado petrolero, estima la AIE en su gran estudio prospectivo anual.
Sin embargo, la agencia con sede en París advierte al mismo tiempo acerca del "riesgo de una corrección excesiva" porque en 2015, "los volúmenes de crudo convencional que recibieron una luz verde de desarrollo cayeron a su nivel más bajo desde principios de los años 1950 y los datos disponibles para 2016 no dan señal alguna de recuperación".
Tras alcanzar un máximo de 780,000 millones de dólares en 2014, las inversiones en proyectos de exploración y producción se redujeron en cerca de 200,000 millones en 2015 y deberían volver a disminuir 140,000 millones este año.
"Si las aprobaciones de nuevos proyectos siguen siendo limitadas por tercer año consecutivo en 2017, parece cada vez más improbable que se mantenga un equilibrio entre demanda y oferta a principios de los años 2020", advierte la AIE, como antes ya lo había hecho la Opep.
Por su parte, la demanda de petróleo seguirá creciendo alrededor de 0.4% por año en el período 2014-2040, aunque ese crecimiento se vea limitado por medidas de eficacia energética, subvenciones a las energías fósiles o un incremento de los precios.
Apetitos distintos
En 2040, se estima que el planeta consumirá unos 103,5 millones de barriles por día (mbd), contra 92.5 mbd en 2015, según la principal previsión de la AIE, que toma en cuenta los compromisos asumidos por cada país en el acuerdo global de París contra el cambio climático.
Sin embargo, en caso de implementarse medidas de reducción del carbono más drásticas para reducir las emisiones de gases de CO2 a un nivel suficiente como para limitar el calentamiento a 2ºC, el consumo caería a su nivel de fines de los años 1990, por debajo de los 75 mbd.
El consumo de petróleo se verá impulsado por el transporte de mercaderías, la aviación y la industria petroquímica, "sectores en los que no abundan las soluciones alternativas". En cambio, el desarrollo del automóvil eléctrico debería moderar la demanda (-1.3 mbd aproximadamente).
En términos geográficos, la pérdida de apetito por el petróleo en los países desarrollados de la OCDE (-12 mbdj en 2040) se verá compensada por una creciente voracidad de los demás países (+19 mbd), especialmente la India, que constituirá "la mayor fuente del futuro crecimiento de la demanda", explica la AIE. A principios de la década del 2030, China arrebatará por su parte a Estados Unidos el título de país más voraz.
En cuanto a la oferta, la misma provendrá cada vez más de Medio Oriente, aunque las perspectivas sean más robustas que lo inicialmente anticipado para el gas de esquisto norteamericano, que alcanzaría un pico de 6 mbd a fines de los años 2020, antes de declinar.
La proporción de la Opep en la producción anual mundial superaría de esa forma 50% de aquí a 2040. "El mundo será cada vez más dependiente de la expansión de Irán (que alcanzaría 6 mbd en 2040) y de Irak (7 mbd en 2040) para equilibrar el mercado", predijo la AIE.
En total, la demanda total de energía en el mundo aumentará un 30% de aquí a 2040, de los cuales un 74% corresponderá a energías fósiles (contra 81% en 2014), ya que el crecimiento anémico del carbón se verá compensado por el dinamismo del gas natural.