El compromiso surgió ayer por la mañana tras la reunión que las compañías del sector mantuvieron con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en el Palacio de Hacienda.
El Gobierno y las empresas también estuvieron de acuerdo en otro punto. La salida del barril criollo, como se denomina a los valores locales, que están por encima de las referencias internacionales con el objetivo de sostener la actividad en las provincias productoras, será antes de lo previsto originalmente. Hasta mediados de la semana pasada circulaba una propuesta que contemplaba su eliminación en agosto del año próximo. El nuevo cronograma estima una definición entre abril y mayo.
Las compañías del sector se reunieron con el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
La discusión por los precios locales del petróleo lleva varias semanas. Sucede que la baja de los precios disminuirá la actividad en las provincias petroleras. Pero si eso no ocurre volverán a aumentar los combustibles de forma sustancial en 2017.
Este año las naftas y el gasoil subieron poco más del 30 por ciento, mientras que la devaluación fue superior al 60 por ciento desde diciembre de 2015 hasta ahora. El tipo de cambio es un elemento fundamental para la economía del petróleo: el valor del crudo, la principal materia prima de las destilerías, representa cerca de 80 por ciento de sus costos y se paga en dólares. Es por eso que empresas como YPF, Axion, Shell y Petrobras están lejos de los márgenes que tenían en diciembre del año pasado.
En paralelo a la negociación por el precio del petróleo están en discusión los valores de las naftas para el año próximo. Se estima que en enero habrá un aumento.
En principio, el acuerdo por el precio del crudo sería transitorio hasta un mes antes de la vigencia de los valores internacionales.
Además, si el precio que contempla el acuerdo resulta inferior al internacional en un momento determinado, desde el mes siguiente se aplicarán las referencias internacionales.
También se contemplarán los vaivenes cambiarios locales, por lo que el convenio regirá dentro de una banda de paridad entre el peso y el dólar que aún no se definió.