Este es el nivel que el peso pesado de la OPEP y sus aliados del Golfo Pérsico -los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar- creen que promovería las inversiones en nuevos campos, pero no llevaría a un salto en la producción de petróleo de esquisto de Estados Unidos, dijeron las fuentes.
La OPEP, Rusia y otros productores se comprometieron el año pasado a recortar su bombeo en alrededor de 1,8 millones de barriles por día (bpd) desde el 1 de enero. El primer recorte en ocho años busca impulsar los precios y disminuir un exceso de la oferta.
Los precios del crudo han rebotado más de un 14% desde el pacto de noviembre, pero todavía operan en torno a US$56 por barril a pesar del cumplimiento récord del acuerdo por parte de la OPEP y los productores fuera del grupo.
Funcionarios de la OPEP han dicho reiteradamente que el grupo no apunta a un precio específico del crudo y su atención se centra en la reducción de los inventarios mundiales y en ayudar al mercado a reequilibrarse.
Pero a puertas cerradas, Ríad y sus aliados de la OPEP en el Golfo Pérsico esperan ver un nivel más alto debido a que los bajos precios han ejercido presión sobre sus finanzas y avivado los temores a una futura escasez de suministro.
Sin embargo, no quieren que el valor sea tan alto como para instar a los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos, muy afectados por la caída de los precios, a subir la producción de nuevo.
"Ellos (los saudíes) quieren ver los precios del petróleo en 60 dólares hacia el final de este año. Es bueno para las inversiones (del petróleo)", dijo una fuente de la industria en el Golfo Pérsico familiarizada con el asunto.